4 porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
5 destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,
6 y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea completa.
7 Vosotros veis las cosas según la apariencia exterior. Si alguno tiene confianza en sí mismo de que es de Cristo, considere esto dentro de sí otra vez: que así como él es de Cristo, también lo somos nosotros.
8 Pues aunque yo me gloríe más todavía respecto de nuestra autoridad, que el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré,
9 para que no parezca como que deseo asustaros con mis cartas.
10 Porque ellos dicen: Las cartas son severas y duras, pero la presencia física es poco impresionante, y la manera de hablar menospreciable.
11 Esto tenga en cuenta tal persona: que lo que somos en palabra por carta, estando ausentes, lo somos también en hechos, estando presentes.
12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento.
13 Mas nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino dentro de la medida de la esfera que Dios nos señaló como límite para llegar también hasta vosotros.
14 Pues no nos excedemos a nosotros mismos, como si no os hubiéramos alcanzado, ya que nosotros fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el evangelio de Cristo;
15 no gloriándonos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino teniendo la esperanza de que conforme vuestra fe crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por vosotros,
16 para anunciar el evangelio aun a las regiones que están más allá de vosotros, y para no gloriarnos en lo que ya se ha hecho en la esfera de otro.
17 Pero EL QUE SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR.
18 Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba.

Otras traducciones de 2 Corintios 10:4

English Standard Version ESV

2 Corinthians 10:4 For the weapons of our warfare are not of the flesh but have divine power to destroy strongholds.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

4 (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas de parte de Dios para la destrucción de fortalezas)

King James Version KJV

4 (For the weapons of our warfare are not carnal, but mighty through God to the pulling down of strong holds;)

New King James Version NKJV

4 For the weapons of our warfare are not carnal but mighty in God for pulling down strongholds,

Nueva Traducción Viviente NTV

2 Corintios 10:4 Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos.

Nueva Versión Internacional NVI

4 Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

4 (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;)

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

4 (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas de parte de Dios para la destrucción de fortalezas);
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