4
Mas tienes unas pocas personas también en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras, y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas
5
El que venciere, será así vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles
6
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias
7
Y escribe al ángel de la Iglesia que está en Filadelfia: El Santo y Verdadero, que tiene la llave de David; que abre y ninguno cierra; que cierra y ninguno abre, dice estas cosas
8
Yo conozco tus obras: he aquí, he dado la puerta abierta delante de ti, y ninguno la puede cerrar; porque tienes algo de potencia, y has guardado mi Palabra, y no has negado mi Nombre
9
He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, a los que se dicen ser judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado
10
Porque has guardado la Palabra de mi paciencia, yo te guardaré de la hora de la tentación, que ha de venir en todo el universo mundo, para probar a los que moran en la tierra
11
He aquí, que yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona
12
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, que es la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi Nombre nuevo
13
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias
14
Y escribe al ángel de la Iglesia de los laodicenses: He aquí, el que dice Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios
15
Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni hirviente. ¡Bien que fueras frío, o hirviente
16
Mas porque eres tibio, y no frío ni hirviente, yo te vomitaré de mi boca
17
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un desventurado y miserable y pobre y ciego y desnudo
18
Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas
19
Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y enmiéndate
20
He aquí, que yo estoy parado a la puerta y llamo; si alguno oyere mi voz, y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo
21
Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono
22
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias
Otras traducciones de Apocalipsis 3:4
La Biblia de las Américas (Español) BLA
Apocalipsis 3:4
'Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.
English Standard Version ESV
4 Yet you have still a few names in Sardis, people who have not soiled their garments, and they will walk with me in white, for they are worthy.
King James Version KJV
4 Thou hast a few names even in Sardis which have not defiled their garments; and they shall walk with me in white: for they are worthy.
New King James Version NKJV
4
You have a few names even in Sardis who have not defiled their garments; and they shall walk with Me in white, for they are worthy.
Nueva Traducción Viviente NTV
Apocalipsis 3:4
»Sin embargo, hay algunos en la iglesia de Sardis que no se han manchado la ropa con maldad. Ellos caminarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.
Nueva Versión Internacional NVI
4
Sin embargo, tienes en Sardis a unos cuantos que no se han manchado la ropa. Ellos, por ser dignos, andarán conmigo vestidos de blanco.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
4
Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
4
Mas tienes unas pocas personas también en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras , y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.