2
Yo sé que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti
3
¿Quién es el que esconde el consejo sin conocimiento? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; cosas maravillosas, que no las sabía
4
Oye ahora, y hablaré; te preguntaré, y tú me harás saber
5
De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven
6
Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en el polvo y en la ceniza
7
Y aconteció que después que habló el SEÑOR estas palabras a Job, el SEÑOR dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job
8
Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; solamente porque recibiré a él no os trataré según su locura, por cuanto no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job
9
Fueron pues Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, e hicieron como el SEÑOR les mandó; y el SEÑOR recibió a Job
10
Y tornó el SEÑOR la cautividad de Job, orando él por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job
11
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una cordera, y un zarcillo de oro
12
Y el SEÑOR bendijo a la postrimería de Job más que a su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas