20 Y como fue la tarde del día, se sentó a la mesa con los doce
21 Y comiendo ellos, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar
22 Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor
23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ese me ha de entregar
24 A la verdad el Hijo del hombre va, como está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! Bueno le fuera al tal hombre no haber nacido
25 Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo: ¿Por ventura soy yo, Maestro? Le dice: Tú lo has dicho
26 Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y habiendo dado gracias, lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. Esto es mi cuerpo
27 Y tomando el vaso, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos
28 porque esto es mi sangre del Nuevo Testamento, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados
29 Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo que beber nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre
30 Y habiendo cantado un himno, salieron al monte de las Olivas
31 Entonces Jesús les dice: Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche; porque escrito está: Heriré al Pastor, y las ovejas de la manada serán dispersas
32 Mas después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea
33 Y respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos sean escandalizados en ti, yo nunca seré escandalizado
34 Jesús le dice: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces
35 Le dice Pedro: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo
36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, hasta que vaya allí y ore
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera
38 Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo
39 Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; pero no como yo quiero, sino como tú
40 Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está presto, mas la carne débil
42 Otra vez fue, segunda vez, y oró diciendo: Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad
43 Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados
44 Y dejándolos se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras
45 Entonces vino a sus discípulos y les dice: Dormid ya, y descansad; he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores
46 Levantaos, vamos; he aquí ha llegado el que me ha entregado
47 Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él muchas personas con espadas y bastones, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo
48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, aquel es; prendedle
49 Y luego que llegó a Jesús, dijo: Hallas gozo, Maestro. Y le besó
50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces llegaron, y echaron mano a Jesús, y le prendieron
51 Y he aquí, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó una oreja
52 Entonces Jesús le dice: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomaren espada, a espada perecerán
53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles
54 ¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, de que así tiene que ser
55 En aquella hora dijo Jesús a la multitud: ¿Como a ladrón habéis salido con espadas y con bastones a prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el Templo, y no me prendisteis
56 Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole
57 Y ellos, prendieron a Jesús, y le llevaron a Caifás sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos estaban juntos
58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, estaba sentado con los criados, para ver el fin
59 Y los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte
60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se llegaban, aun no lo hallaron; mas a la postre vinieron dos testigos falsos
61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el Templo de Dios, y en tres días reedificarlo
62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti
63 Mas Jesús callaba. Respondiendo el sumo sacerdote, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios
64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia, y que viene en las nubes del cielo
65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestidos, diciendo: Ha blasfemado; ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia
66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: Culpado es de muerte
67 Entonces le escupieron en su rostro, y le dieron de bofetadas; y otros le herían con las varas
68 diciendo: Profetízanos, oh Cristo, quién es el que te ha herido
69 Y Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se llegó a él una criada, diciendo: Y tú con Jesús el Galileo estabas
70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices
71 Y saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús Nazareno
72 Y negó otra vez con juramento: No conozco al hombre
73 Y un poco después llegaron los que estaban por allí, y dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu habla te hace manifiesto
74 Entonces comenzó a imprecarse, y a jurar, diciendo: No conozco al hombre. Y un gallo cantó luego
75 Y se acordó Pedro de las palabras de Jesús, que le dijo: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente

Otras traducciones de Mateo 26:20

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Mateo 26:20 Al atardecer, estaba El sentado a la mesa con los doce discípulos.

English Standard Version ESV

20 When it was evening, he reclined at table with the twelve.

King James Version KJV

20 Now when the even was come, he sat down with the twelve.

New King James Version NKJV

20 When evening had come, He sat down with the twelve.

Nueva Traducción Viviente NTV

Mateo 26:20 Al anochecer, Jesús se sentó a la mesa
con los doce discípulos.

Nueva Versión Internacional NVI

20 Al anochecer, Jesús estaba sentado a la mesa con los doce.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

20 Y como fué la tarde del día, se sentó á la mesa con los doce.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

20 Y como fue la tarde del día, se sentó a la mesa con los doce.
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