23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea colgado en un madero
24 Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomando agua se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros
25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos
26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser colgado en un madero
27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y juntaron a él toda la cuadrilla
28 y desnudándole, le echaron encima un manto de grana
29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le burlaban, diciendo: ¡Hallas gozo, rey de los Judíos
30 Y escupiendo en él, tomaban la caña, y le herían en su cabeza
31 Y después que le hubieron escarnecido, le desnudaron el manto, y le vistieron de sus vestidos, y le llevaron para colgarle en el madero
32 Y saliendo, hallaron a un cireneo, que se llamaba Simón; a éste obligaron para que llevara su madero
33 Y como llegaron al lugar que se llamaba Gólgota, que es dicho: El lugar de la calavera
34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; y gustándolo, no quiso beberlo
35 Y después que le hubieron colgado del madero, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliera lo que fue dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes
36 Y sentados le guardaban allí
37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS
38 Entonces colgaron en maderos con él dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda
39 Y los que pasaban, le decían injurias, meneando sus cabezas
40 y diciendo: Tú, el que derribas el Templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende del madero
41 De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los ancianos, decían
42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora del madero, y creeremos a él
43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios
44 Lo mismo también le injuriaban los ladrones que estaban colgados en maderos con él
45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena
46 Y cerca de la hora novena, Jesús exclamó con gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado
47 Y algunos de los que estaban allí, oyéndolo, decían: A Elías llama éste
48 Y luego, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le daba de beber
49 Y los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle
50 Mas Jesús, habiendo otra vez exclamado con gran voz, dio el Espíritu
51 Y he aquí, el velo del Templo se rompió en dos, de alto a bajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendieron
52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron
53 y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos
54 Y el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste
55 Y estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido de Galilea a Jesús, sirviéndole
56 entre las cuales estaban María Magdalena, y María de Jacobo, y la madre de José, y la madre de los hijos de Zebedeo
57 Cuando llegó la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús
58 Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diera el cuerpo
59 Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y revuelta una grande piedra a la puerta del sepulcro, se fue
61 Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro
62 Y el siguiente día, que es el segundo día de la preparación, se juntaron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato
63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después del tercer día resucitaré

Otras traducciones de Mateo 27:23

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Mateo 27:23 Y Pilato dijo: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!

English Standard Version ESV

23 And he said, "Why, what evil has he done?" But they shouted all the more, "Let him be crucified!"

King James Version KJV

23 And the governor said, Why, what evil hath he done? But they cried out the more, saying, Let him be crucified.

New King James Version NKJV

23 Then the governor said, "Why, what evil has He done?" But they cried out all the more, saying, "Let Him be crucified!"

Nueva Traducción Viviente NTV

Mateo 27:23 —¿Por qué? —insistió Pilato—. ¿Qué crimen ha cometido?
Pero la turba rugió aún más fuerte:
—¡Crucifícalo!

Nueva Versión Internacional NVI

23 —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?Pero ellos gritaban aún más fuerte:—¡Crucifícalo!

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

23 Y el presidente les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea crucificado.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban más, diciendo: Sea colgado en un madero.
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