La Biblia de las Américas (Español) BLA
Daniel 4:34
Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su dominio es un dominio eterno, y su reino permanece de generación en generación.
English Standard Version ESV
34
At the end of the days I, Nebuchadnezzar, lifted my eyes to heaven, and my reason returned to me, and I blessed the Most High, and praised and honored him who lives forever, for his dominion is an everlasting dominion, and his kingdom endures from generation to generation;
La Biblia del Jubileo 2000 JBS
34
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades
New King James Version NKJV
34
And at the end of the time I, Nebuchadnezzar, lifted my eyes to heaven, and my understanding returned to me; and I blessed the Most High and praised and honored Him who lives forever: For His dominion is an everlasting dominion, And His kingdom is from generation to generation.
Nueva Traducción Viviente NTV
Daniel 4:34
Nabucodonosor alaba a Dios
»Cuando se cumplió el tiempo, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo. Recuperé la razón, alabé y adoré al Altísimo y di honra a aquel que vive para siempre.
Su dominio es perpetuo,
y eterno es su reino.
Nueva Versión Internacional NVI
34
Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre:Su dominio es eterno;su reino permanece para siempre.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
34
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fué vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su reino por todas las edades.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
34
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades.