6 Ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor.
7 No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada.
8 Pero aconteció que mientras Zacarías ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo,
9 conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso.
10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora de la ofrenda de incienso.
11 Y se le apareció un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él.
13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan.
14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento.
15 Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.
16 Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios.
17 E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.
18 Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada.
19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
20 Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de su tardanza en el templo.
22 Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas, y permanecía mudo.
23 Y cuando se cumplieron los días de su servicio sacerdotal, regresó a su casa.
24 Y después de estos días, Elisabet su mujer concibió, y se recluyó por cinco meses, diciendo:
25 Así ha obrado el Señor conmigo en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.
26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María.
28 Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres.
29 Pero ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería éste.
30 Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.
31 Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David;
33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen?
35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios.
36 Y he aquí, tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril.
37 Porque ninguna cosa será imposible para Dios.
38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
39 En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.
41 Y aconteció que cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
42 y exclamó a gran voz y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
43 ¿Por qué me ha acontecido esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque he aquí, apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre.
45 Y bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor.
46 Entonces María dijo: Mi alma engrandece al Señor,
47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
48 Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva; pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
49 Porque grandes cosas me ha hecho el Poderoso; y santo es su nombre.
50 Y DE GENERACION EN GENERACION ES SU MISERICORDIA PARA LOS QUE LE TEMEN.
51 Ha hecho proezas con su brazo; ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52 Ha quitado a los poderosos de sus tronos; y ha exaltado a los humildes;
53 A LOS HAMBRIENTOS HA COLMADO DE BIENES y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
54 Ha ayudado a Israel, su siervo, para recuerdo de su misericordia
55 tal como dijo a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre.
56 Y María se quedó con Elisabet como tres meses, y después regresó a su casa.
57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo.
58 Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran misericordia hacia ella; y se regocijaban con ella.
59 Y al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre.
60 Pero la madre respondió, y dijo: No, sino que se llamará Juan.
61 Y le dijeron: No hay nadie en tu familia que tenga ese nombre.
62 Entonces preguntaban por señas al padre, cómo lo quería llamar.
63 Y él pidió una tablilla y escribió lo siguiente: Su nombre es Juan. Y todos se maravillaron.
64 Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablar dando alabanza a Dios.
65 Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosa de Judea.
66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él.
67 Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo:
68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo,
69 y nos ha levantado un cuerno de salvación en la casa de David su siervo,
70 tal como lo anunció por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos,
71 salvación DE NUESTROS ENEMIGOS y DE LA MANO DE TODOS LOS QUE NOS ABORRECEN;
72 para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar su santo pacto,
73 el juramento que hizo a nuestro padre Abraham:
74 concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor
75 en santidad y justicia delante de El, todos nuestros días.
76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás DELANTE DEL SEÑOR PARA PREPARAR SUS CAMINOS;
77 para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación por el perdón de sus pecados,

Otras traducciones de Lucas 1:6

English Standard Version ESV

Luke 1:6 And they were both righteous before God, walking blamelessly in all the commandments and statutes of the Lord.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

6 Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor

King James Version KJV

6 And they were both righteous before God, walking in all the commandments and ordinances of the Lord blameless.

New King James Version NKJV

6 And they were both righteous before God, walking in all the commandments and ordinances of the Lord blameless.

Nueva Traducción Viviente NTV

Lucas 1:6 Zacarías y Elisabet eran justos a los ojos de Dios y cuidadosos en obedecer todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor.

Nueva Versión Internacional NVI

6 Ambos eran rectos e intachables delante de Dios; obedecían todos los mandamientos y preceptos del Señor.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

6 Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

6 Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.
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