9 Y por todas las tribus de Israel había mucha discusión y disputa. La gente decía: «El rey nos rescató de nuestros enemigos y nos salvó de los filisteos, pero Absalón lo echó del país.
10 Ahora Absalón, a quien ungimos para que nos gobernara, está muerto. ¿Por qué no pedirle a David que regrese y sea nuestro rey otra vez?».
11 Entonces el rey David envió a los sacerdotes Sadoc y Abiatar para que les dijeran a los ancianos de Judá: «¿Por qué son ustedes los últimos en dar la bienvenida al rey en su regreso al palacio? Pues he oído que todo Israel está listo.
12 ¡Ustedes son mis parientes, mi propia tribu, mi misma sangre! ¿Por qué son los últimos en dar la bienvenida al rey?».
13 Además David les pidió que le dijeran a Amasa: «Como eres de mi misma sangre, al igual que Joab, que Dios me castigue y aun me mate si no te nombro comandante de mi ejército en su lugar».
14 Así que Amasa
convenció a todos los hombres de Judá, y ellos respondieron unánimemente. Y le mandaron a decir al rey: «Regrese a nosotros, y traiga de vuelta a todos los que lo acompañan».
15 David regresa a Jerusalén
Así que el rey emprendió su regreso a Jerusalén. Cuando llegó al río Jordán, la gente de Judá fue hasta Gilgal para encontrarse con él y escoltarlo hasta el otro lado del río.
16 Simei, hijo de Gera, el hombre de Bahurim de Benjamín, se apresuró a cruzar junto con los hombres de Judá para darle la bienvenida al rey David.
17 Otros mil hombres de la tribu de Benjamín estaban con él, entre ellos Siba, el sirviente principal de la casa de Saúl, los quince hijos de Siba y sus veinte sirvientes. Bajaron corriendo hasta llegar al Jordán para recibir al rey.
18 Cruzaron los vados del Jordán para llevar a todos los de la casa del rey al otro lado del río, ayudándolo en todo lo que pudieron.
Misericordia de David con Simei
Cuando el rey estaba a punto de cruzar el río, Simei cayó de rodillas ante él.
19 —Mi señor el rey, por favor, perdóneme —le rogó—. Olvide la terrible cosa que su siervo hizo cuando usted dejó Jerusalén. Que el rey lo borre de su mente.
20 Estoy consciente de cuánto he pecado. Es por eso que he venido aquí este día, siendo el primero en todo Israel
en recibir a mi señor el rey.
21 Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo:
—¡Simei debe morir, porque maldijo al rey ungido por el Señor
!
22 —¿Quién les pidió su opinión a ustedes, hijos de Sarvia? —exclamó David—. ¿Por qué hoy se han convertido en mis adversarios?
¡Este no es un día de ejecución, sino de celebración! ¡Hoy he vuelto a ser el rey de Israel!
23 Entonces, volviéndose a Simei, David juró:
—Se te perdonará la vida.
24 Bondad de David hacia Mefiboset
Ahora bien, Mefiboset,
el nieto de Saúl, descendió de Jerusalén para encontrarse con el rey. No había cuidado sus pies, cortado su barba ni lavado su ropa desde el día en que el rey dejó Jerusalén.
25 —¿Por qué no viniste conmigo, Mefiboset? —le preguntó el rey.
26 Mefiboset contestó:
—Mi señor el rey, mi siervo Siba me engañó. Le dije: “Ensilla mi burro
para que pueda ir con el rey”. Pues como usted sabe, soy lisiado.
27 Siba me calumnió cuando dijo que me negué a venir. Pero sé que mi señor el rey es como un ángel de Dios, así que haga como mejor le parezca.
28 Todos mis parientes y yo solo podíamos esperar la muerte de su parte, mi señor, ¡pero en cambio me honró al permitirme comer a su propia mesa! ¿Qué más puedo pedir?
29 —Ya dijiste suficiente —respondió David—. He decidido que tú y Siba se dividan tu tierra en partes iguales.
30 —Désela toda a él —dijo Mefiboset—. ¡Estoy satisfecho con que haya vuelto a salvo, mi señor el rey!
31 Bondad de David con Barzilai
Barzilai de Galaad había descendido de Rogelim para escoltar al rey a cruzar el Jordán.
32 Él era muy anciano, tenía unos ochenta años, y era muy rico. Él fue quien proveyó el alimento para el rey durante el tiempo que pasó en Mahanaim.
33 —Cruza el río conmigo y quédate a vivir en Jerusalén —le dijo el rey a Barzilai—. Y allí me haré cargo de ti.
34 —No —le respondió—, soy demasiado viejo para ir con el rey a Jerusalén.
35 Ahora tengo ochenta años de edad, y ya no puedo disfrutar de nada. La comida y el vino ya no tienen sabor, tampoco puedo oír las voces de los cantantes. Sería nada más una carga para mi señor el rey.
36 ¡Tan solo cruzar el río Jordán con el rey es todo el honor que necesito!
37 Después déjeme regresar para que muera en mi ciudad, donde están enterrados mi padre y mi madre. Pero aquí está su siervo, mi hijo Quimam; permítale que él vaya con mi señor el rey y que reciba lo que usted quiera darle.
38 —Muy bien —acordó el rey—. Quimam irá conmigo, y lo ayudaré en cualquier forma que tú quieras; haré por ti cualquier cosa que desees.
39 Luego toda la gente cruzó el Jordán junto con el rey. Después que David lo hubo bendecido y besado, Barzilai regresó a su propia casa.

Otras traducciones de 2 Samuel 19:9

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Samuel 19:9 Y todo el pueblo reñía en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos y nos ha salvado de mano de los filisteos, pero ahora ha huido de la tierra, de Absalón.

English Standard Version ESV

9 And all the people were arguing throughout all the tribes of Israel, saying, "The king delivered us from the hand of our enemies and saved us from the hand of the Philistines, and now he has fled out of the land from Absalom.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

9 Y todo el pueblo porfiaba en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y él nos ha salvado de mano de los filisteos; y ahora ha huido, de la tierra por Absalón

King James Version KJV

9 And all the people were at strife throughout all the tribes of Israel, saying, The king saved us out of the hand of our enemies, and he delivered us out of the hand of the Philistines; and now he is fled out of the land for Absalom.

New King James Version NKJV

2 Samuel 19:9 Now all the people were in a dispute throughout all the tribes of Israel, saying, "The king saved us from the hand of our enemies, he delivered us from the hand of the Philistines, and now he has fled from the land because of Absalom.

Nueva Versión Internacional NVI

9 y por todas las tribus de Israel se hablaba de la situación. Decían: «El rey nos rescató del poder de nuestros enemigos; él nos libró del dominio de los filisteos. Por causa de Absalón tuvo que huir del país.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

9 Y todo el pueblo porfiaba en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y él nos ha salvado de mano de los Filisteos; y ahora había huído, de la tierra por miedo de Abaslom.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

9 Y todo el pueblo porfiaba en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos, y él nos ha salvado de mano de los filisteos; y ahora había huido, de la tierra por miedo de Absalón.
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