4 ¡Pero hasta el día de hoy, el Señor
no te ha dado mente para comprender ni ojos para ver ni oídos para oír!
5 Durante cuarenta años te guié por el desierto, sin embargo, ni tu ropa ni tus sandalias se gastaron.
6 No comiste pan ni bebiste vino ni otra bebida alcohólica, pero el Señor
te dio alimento, para que supieras que él es el Señor
tu Dios.
7 »Cuando llegamos aquí, Hesbón, rey de Sehón, y Og, rey de Basán, salieron a pelear contra nosotros, pero los derrotamos.
8 Nos apoderamos de su tierra y se la dimos a la tribu de Rubén y a la de Gad y a la media tribu de Manasés como su porción de la tierra.
9 »Por lo tanto, obedece las condiciones de este pacto para que prosperes en todo lo que hagas.
10 Hoy, cada uno de ustedes —los jefes de las tribus, los ancianos, los jefes y todos los hombres de Israel— está en la presencia del Señor
su Dios.
11 Tus esposas y tus pequeños están contigo, al igual que los extranjeros que viven en medio de ti, quienes cortan tu leña y llevan tu agua.
12 Hoy estás aquí para hacer un pacto con el Señor
tu Dios. El Señor
es quien hace ese pacto, que incluye las maldiciones.
13 Hoy, al hacer el pacto, él te confirmará como su pueblo y te reafirmará que él es tu Dios, tal como te lo prometió a ti y se lo juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
14 »Pero no es solo contigo que hago este pacto con sus maldiciones.
15 Lo hago tanto contigo, que hoy estás en la presencia del Señor
tu Dios, como también con las generaciones futuras, que no están aquí hoy.
16 »Tú recuerdas cómo vivíamos en la tierra de Egipto y cómo anduvimos por el territorio de naciones enemigas cuando salimos de allí.
17 Tú viste las prácticas detestables de esas naciones y sus ídolos
de madera, de piedra, de plata y de oro.
18 Hago este pacto contigo, para que nadie —hombre o mujer, clan o tribu— se aparte del Señor
nuestro Dios para rendir culto a esos dioses de otras naciones, y para que ninguna raíz produzca frutos amargos y venenosos en medio de ti.
19 »Los que oyen las advertencias de esta maldición no deberían confiarse demasiado y pensar: “Estoy a salvo, a pesar de que sigo los deseos de mi corazón terco”. ¡Eso los llevaría a la ruina total!
20 Y el Señor
jamás perdonará a los que piensan así. Por el contrario, su enojo y su celo arderán contra ellos. Les caerán encima todas las maldiciones escritas en este libro, y el Señor
borrará sus nombres de la faz de la tierra.
21 El Señor
los apartará de las demás tribus de Israel para echar sobre ellos todas las maldiciones del pacto registradas en este libro de instrucción.
22 »Entonces las generaciones futuras, tanto tus descendientes como los extranjeros que vengan de tierras lejanas, verán la devastación de tu tierra y las enfermedades con las que el Señor
la aflige.
23 Exclamarán: “Toda esta tierra quedó devastada con azufre y sal. Es una tierra baldía, sin cultivos, donde no crece nada, ni siquiera un tallo de pasto. Es como las ciudades de Sodoma y Gomorra, Adma y Zeboim, las cuales el Señor
destruyó en su intenso enojo”.
24 »Todas las naciones vecinas preguntarán: “¿Por qué el Señor
afligió así a esa tierra? ¿Por qué se enojó tanto?”.

Otras traducciones de Deuteronomio 29:4

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Deuteronomio 29:4 Pero hasta el día de hoy el SEÑOR no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

English Standard Version ESV

4 But to this day the LORD has not given you a heart to understand or eyes to see or ears to hear.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

4 Pero el SEÑOR no os dio corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír, hasta el día de hoy

King James Version KJV

4 Yet the LORD hath not given you an heart to perceive, and eyes to see, and ears to hear, unto this day.

New King James Version NKJV

Deuteronomy 29:4 Yet the Lord has not given you a heart to perceive and eyes to see and ears to hear, to this very day.

Nueva Versión Internacional NVI

4 Pero hasta este día el SEÑOR no les ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

4 Y Jehová no os dió corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oir, hasta el día de hoy.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

4 Pero el SEÑOR no os dio corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír, hasta el día de hoy.
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