3
Pues esto dice el Señor acerca de los niños nacidos en esta ciudad y de sus madres y padres:
4
morirán de enfermedades terribles. Nadie llorará por ellos ni tampoco los enterrarán sino que yacerán dispersos sobre el suelo como si fueran estiércol. Morirán por la guerra y morirán de hambre, y sus cuerpos serán comida para los buitres y los animales salvajes».
5
Se acerca el castigo a Judá Esto dice el Señor : «No vayas a los funerales para llorar y mostrar compasión por ellos, porque he retirado mi protección y mi paz de ellos; he quitado mi amor inagotable y mi misericordia.
6
Tanto el grande como el humilde morirán en esta tierra. Nadie los enterrará ni se lamentará por ellos. Sus amigos no se cortarán la piel ni se afeitarán la cabeza en señal de tristeza.
7
Nadie ofrecerá una comida para consolar a quienes estén de luto por un muerto, ni siquiera por la muerte de una madre o de un padre. Nadie enviará una copa de vino para consolarlos.
8
»No vayas a sus fiestas ni a sus banquetes. Ni siquiera comas o bebas con ellos.
9
Pues esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: en sus propios días y ante sus propios ojos pondré fin a las risas y a las canciones alegres en esta tierra. Ya no se oirán las voces felices de los novios ni de las novias.
10
»Cuando le digas todas estas cosas a la gente, ellos te preguntarán: “¿Por qué el Señor decretó cosas tan terribles contra nosotros? ¿Qué hemos hecho para merecer semejante trato? ¿Cuál es nuestro pecado contra el Señor nuestro Dios?”.
11
»Entonces les darás la respuesta del Señor : “Es porque sus antepasados me fueron infieles y rindieron culto a otros dioses y los sirvieron. Me abandonaron y no obedecieron mi palabra.
12
¡Y ustedes son peores que sus antepasados! Se pusieron tercos y siguen sus propios malos deseos y rehúsan escucharme.
13
Por lo tanto, los expulsaré de esta tierra y los enviaré a una tierra extraña en la que ni ustedes ni sus antepasados han estado. Allí podrán rendir culto a ídolos día y noche, y ¡no les concederé ningún favor!”.
14
Esperanza a pesar del desastre »Por tanto, se acerca la hora —dice el Señor —, cuando la gente que haga un juramento ya no dirá: “Tan cierto como que el Señor vive, quien rescató al pueblo de Israel de la tierra de Egipto”.
15
En cambio, dirán: “Tan cierto como que el Señor vive, quien trajo a Israel de regreso a su propia tierra desde la tierra del norte y de todos los países a donde él los envió al destierro”. Pues los traeré nuevamente a esta tierra que les di a sus antepasados.
16
»Ahora mandaré llamar a muchos pescadores para que los capturen —dice el Señor —. Mandaré llamar a cazadores para que los cacen en los montes, en las colinas y en las cuevas.
17
Los vigilo de cerca y veo cada pecado. No hay esperanza de que se escondan de mí.
18
Duplicaré su castigo por todos sus pecados, porque han contaminado mi tierra con las imágenes sin vida de sus detestables dioses y han llenado mi territorio con sus hechos malignos».
19
Oración de confianza de Jeremías S , ¡tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de aflicción! Las naciones del mundo entero vendrán a ti y te dirán: «Nuestros antepasados nos han dejado una herencia despreciable, porque rendían culto a ídolos inútiles.
20
¿Acaso puede la gente hacer sus propios dioses? ¡Esos no son dioses verdaderos en absoluto!».
21
El Señor dice: «Ahora les mostraré mi poder; ahora les mostraré mi fuerza. Al fin sabrán y entenderán que yo soy el Señor .