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Finalmente Balaam comprendió que el Señor estaba decidido a bendecir a Israel, así que no recurrió a la adivinación como antes. En cambio, se dio vuelta y miró hacia el desierto
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donde vio al pueblo de Israel acampado por tribus. Entonces el Espíritu de Dios vino sobre él
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y le dio el siguiente mensaje: «Este es el mensaje de Balaam, hijo de Beor, el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,
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el mensaje del que oye las palabras de Dios, del que ve una visión que proviene del Todopoderoso, y se inclina con los ojos abiertos:
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¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob; qué bellos son tus hogares, oh Israel!
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Se extienden ante mí como arboledas de palmeras, como jardines por la ribera. Son como altos árboles plantados por el Señor , como cedros junto a las aguas.
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Agua fluirá de sus cántaros; su descendencia tendrá toda la que necesite. Su rey será más grande que Agag; su reino será exaltado.
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Dios los sacó de Egipto; para ellos él es tan fuerte como un buey salvaje. Él devora a las naciones que se le oponen, quiebra sus huesos en pedazos y las atraviesa con flechas.
9
Como un león, Israel se agazapa y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla? Bendito todo el que te bendice, oh Israel, y maldito todo el que te maldice».
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Entonces el rey Balac se enfureció contra Balaam y en señal de enojo palmeó las manos y gritó: —¡Yo te llamé para maldecir a mis enemigos! En cambio, los has bendecido tres veces.
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¡Fuera de aquí ahora mismo! ¡Vuelve a tu casa! Te prometí una generosa recompensa, pero el Señor te ha impedido que la recibieras.
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Balaam le dijo a Balac: —¿No recuerdas lo que expliqué a tus mensajeros? Dije:
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“Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del Señor ”. ¡Te advertí que únicamente podría decir lo que el Señor me dijera!
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Ahora me regreso a mi propia gente, pero primero, déjame decirte lo que los israelitas harán a tu pueblo en el futuro.
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Últimos mensajes de Balaam Balaam dio el siguiente mensaje: «Este es el mensaje de Balaam, el hijo de Beor, el mensaje del hombre cuyos ojos ven con claridad,
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el mensaje del que oye las palabras de Dios, del que tiene conocimiento dado por el Altísimo, del que ve una visión que proviene del Todopoderoso, y se inclina con los ojos abiertos:
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Lo veo a él, pero no aquí ni ahora. Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante. Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel. Aplastará la frente del pueblo de Moab, y partirá el cráneo de la gente de Set.
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Tomará posesión de Edom y a Seir, su enemigo, lo conquistará, mientras Israel marcha adelante en triunfo.
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Un gobernante se levantará en Jacob que destruirá a los sobrevivientes de Ar».
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Luego Balaam miró hacia el pueblo de Amalec y dio este mensaje: «Amalec fue la más importante de las naciones, ¡pero su destino es la destrucción!».
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Después miró hacia los ceneos y transmitió el siguiente mensaje: «Su casa está segura; su nido está entre las rocas.
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Pero los ceneos serán destruidos cuando Asiria los lleve cautivos».
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Balaam concluyó sus mensajes con estas palabras: «¡Ay!, ¿quién puede sobrevivir a menos que Dios lo disponga?
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Naves vendrán de las costas de Chipre; y oprimirán a Asiria y afligirán a Heber, pero ellos también serán destruidos por completo».
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Entonces Balaam y Balac regresaron cada uno a su casa.