1
Un llamado al arrepentimiento «Vengan, volvámonos al Señor . Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas.
2
Dentro de poco tiempo él nos restaurará, para que podamos vivir en su presencia.
3
¡Oh, si conociéramos al Señor ! Esforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera».
4
«Oh Israel y Judá, ¿qué debo hacer con ustedes? —pregunta el Señor —. Pues su amor se desvanece como la niebla de la mañana y desaparece como el rocío a la luz del sol.
5
Envié mis profetas para destrozarlos, para aniquilarlos con mis palabras; con juicios tan inevitables como la luz.
6
Quiero que demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero que me conozcan.
7
Pero igual que Adán, ustedes rompieron mi pacto y traicionaron mi confianza.
8
»Galaad es una ciudad de pecadores, marcada con huellas de sangre.
9
Los sacerdotes forman bandas de asaltantes que esperan para emboscar a sus víctimas. Asesinan a los viajeros en el camino a Siquem y cometen toda clase de pecados.
10
Sí, he visto cosas horribles en Efraín e Israel: ¡Mi pueblo se ha contaminado por prostituirse con otros dioses!
11
»Oh Judá, también a ti te espera una cosecha de castigo, a pesar de que yo deseaba volver el bienestar de mi pueblo.