7 «Sin embargo —alguien podría seguir argumentando—, ¿por qué Dios me juzga como pecador si mi mentira realza su veracidad y le da más gloria a él?».
8 Algunos incluso nos difaman asegurando que nosotros decimos: «¡Cuanto más pecamos, mejor!». Los que dicen tales cosas merecen ser condenados.
9 Todos somos pecadores
Ahora bien, ¿llegamos a la conclusión de que los judíos somos mejores que los demás? ¡Para nada! Tal como acabamos de demostrar, todos —sean judíos o gentiles
— están bajo el poder del pecado.
10 Como dicen las Escrituras:
«No hay ni un solo justo,
ni siquiera uno.
11 Nadie es realmente sabio,
nadie busca a Dios.
12 Todos se desviaron,
todos se volvieron inútiles.
No hay ni uno que haga lo bueno,
ni uno solo»
.
13 «Lo que hablan es repugnante como el olor que sale de una tumba abierta.
Su lengua está llena de mentiras».
«Veneno de serpientes gotea de sus labios»
.
14 «Su boca está llena de maldición y amargura»
.
15 «Se apresuran a matar.
16 Siempre hay sufrimiento y destrucción en sus caminos.
17 No saben dónde encontrar paz»
.
18 «No tienen temor de Dios en absoluto»
.
19 Obviamente, la ley se aplica a quienes fue entregada, porque su propósito es evitar que la gente tenga excusas y demostrar que todo el mundo es culpable delante de Dios.
20 Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.
21 Cristo sufrió nuestro castigo
Pero ahora, tal como se prometió tiempo atrás en los escritos de Moisés
y de los profetas, Dios nos ha mostrado cómo podemos ser justos ante él sin cumplir con las exigencias de la ley.
22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere.
23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
24 Sin embargo, con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados.
25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado,
26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a sus ojos cuando ellos creen en Jesús.
27 ¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe.

Otras traducciones de Romanos 3:7

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Romanos 3:7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué también soy yo aún juzgado como pecador?

English Standard Version ESV

7 But if through my lie God's truth abounds to his glory, why am I still being condemned as a sinner?

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

7 Pero si la verdad de Dios creció para su gloria por mi mentira, ¿por qué aún así yo soy juzgado como pecador

King James Version KJV

7 For if the truth of God hath more abounded through my lie unto his glory; why yet am I also judged as a sinner?

New King James Version NKJV

Romans 3:7 For if the truth of God has increased through my lie to His glory, why am I also still judged as a sinner?

Nueva Versión Internacional NVI

7 Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador?

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

7 Empero si la verdad de Dios por mi mentira creció á gloria suya, ¿por qué aun así yo soy juzgado como pecador?

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

7 Pero si la verdad de Dios creció para su gloria por mi mentira, ¿por qué aún así yo soy juzgado como pecador?
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