1
Salmo 5 Para el director del coro: salmo de David; acompáñese con flauta. Oh Señor , óyeme cuando oro; presta atención a mi gemido.
2
Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios, porque sólo a ti dirijo mi oración.
3
Señor , escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.
4
Oh Dios, la maldad no te agrada; no puedes tolerar los pecados de los malvados.
5
Por lo tanto, los orgullosos no pueden estar en tu presencia, porque aborreces a todo el que hace lo malo.
6
Destruirás a los que dicen mentiras; el Señor detesta a los asesinos y a los engañadores.
7
Gracias a tu amor inagotable, puedo entrar en tu casa; adoraré en tu templo con la más profunda reverencia.
8
Guíame por el camino correcto, oh Señor , o mis enemigos me conquistarán; allana tu camino para que yo lo siga.
9
Mis enemigos no pueden decir la verdad; sus deseos más profundos son destruir a los demás. Lo que hablan es repugnante, como el mal olor de una tumba abierta; su lengua está llena de adulaciones.
10
Oh Dios, decláralos culpables y haz que caigan en sus propias trampas; expúlsalos a causa de sus muchos pecados, porque se rebelaron contra ti.
11
Pero que se alegren todos los que en ti se refugian; que canten alegres alabanzas por siempre. Cúbrelos con tu protección, para que todos los que aman tu nombre estén llenos de alegría.
12
Pues tú bendices a los justos, oh Señor ; los rodeas con tu escudo de amor.