1
Salmo 58 Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «¡No destruyas!». Gobernantes, ¿saben acaso el significado de la palabra justicia? ¿Juzgan a la gente con imparcialidad?
2
¡No! En el corazón traman injusticia y desparraman violencia por toda la tierra.
3
Estos malvados son pecadores de nacimiento, desde que nacieron mienten y siguen su propio camino.
4
Escupen veneno como serpientes mortíferas; son como cobras que se niegan a escuchar,
5
y hacen oídos sordos a las melodías de los encantadores de serpientes, aunque toquen con mucha destreza.
6
¡Quiébrales los colmillos, oh Dios! ¡Destrózales las mandíbulas a estos leones, oh Señor !
7
Que desaparezcan como agua en tierra sedienta; que sean inútiles las armas en sus manos.
8
Que sean como caracoles que se disuelven y se hacen baba, como un niño que nace muerto y que nunca verá el sol.
9
Dios los barrerá a todos, tanto a jóvenes como a ancianos, más rápido de lo que se calienta una olla sobre espinos ardientes.
10
Los justos se alegrarán cuando vean la injusticia vengada; se lavarán los pies en la sangre de los perversos.
11
Entonces, por fin, todos dirán: «Es verdad que hay recompensa para los que viven para Dios; es cierto que existe un Dios que juzga con justicia aquí en la tierra».