6
un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.
7
Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones.
8
Por esto dice:«Cuando ascendió a lo alto,se llevó consigo a los cautivosy dio dones a los hombres».a
9
(¿Qué quiere decir eso de que «ascendió», sino que también descendió a las partes bajas, o sea, a la tierra?b
10
El que descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.)
11
Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros,
12
a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.
13
De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidadperfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.
14
Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas.
15
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.
16
Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.
17
Así que les digo esto y les insisto en el Señor: no vivan más con pensamientos frívolos como los paganos.
18
A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, estos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios.
19
Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes.
20
No fue esta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo,
21
si de veras se les habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él.
22
Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos;
28
El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.
29
Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.
30
No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.
31
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia.
32
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.