12
Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no solo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor,
13
pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.
15
para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento,
16
manteniendo en altoc la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.
17
Y aunque mi vida fuera derramadad sobre el sacrificio y servicio que proceden de su fe, me alegro y comparto con todos ustedes mi alegría.
18
Así también ustedes, alégrense y compartan su alegría conmigo.
25
Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes han enviado para atenderme en mis necesidades.
26
Él los extraña mucho a todos y está afligido porque ustedes se enteraron de que estaba enfermo.
27
En efecto, estuvo enfermo y al borde de la muerte; pero Dios se compadeció de él, y no solo de él sino también de mí, para no añadir tristeza a mi tristeza.
28
Así que lo envío urgentemente para que, al verlo de nuevo, ustedes se alegren y yo esté menos preocupado.
29
Recíbanlo en el Señor con toda alegría y honren a los que son como él,
30
porque estuvo a punto de morir por la obra de Cristo, arriesgando la vida para suplir el servicio que ustedes no podían prestarme.