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A los hijos de sus concubinas les hizo regalos y, mientras él todavía estaba con vida, los separó de su hijo Isaac, enviándolos a las regiones orientales.
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Estos fueron los hijos de Ismael, y estos los nombres de los doce jefes de tribus, según sus propios territorios y campamentos.
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Ismael vivió ciento treinta y siete años. Al morir, fue a reunirse con sus antepasados.
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Sus descendientes se quedaron a vivir en la región que está entre Javilá y Sur, cerca de Egipto, en la ruta que conduce a Asiria. Allí se establecieron en franca oposición a todos sus hermanos.
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Esta es la historia de Isaac, el hijo que tuvo Abraham.
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Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel y hermana de Labán. Betuel y Labán eran arameos de Padán Aram.a
21
Isaac oró al SEÑOR en favor de su esposa, porque era estéril. El SEÑOR oyó su oración, y ella quedó embarazada.
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Pero como los niños luchaban dentro de su seno, ella se preguntó: «Si esto va a seguir así, ¿para qué sigo viviendo?» Entonces fue a consultar al SEÑOR,
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y él le contestó:«Dos naciones hay en tu seno;dos pueblos se dividen desde tus entrañas.Uno será más fuerte que el otro,y el mayor servirá al menor».
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Cuando le llegó el momento de dar a luz, resultó que en su seno había mellizos.
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El primero en nacer era pelirrojo, y tenía todo el cuerpo cubierto de vello. A este lo llamaron Esaú.b
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Luego nació su hermano, agarrado con una mano del talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob.c Cuando nacieron los mellizos, Isaac tenía sesenta años.
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Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un excelente cazador, mientras que Jacob era un hombre tranquilo que prefería quedarse en el campamento.
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Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba; pero Rebeca quería más a Jacob.
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Un día, cuando Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le dijo:
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—Dame de comer de ese guiso rojizo, porque estoy muy cansado. (Por eso a Esaú se le llamó Edom.)d
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—Véndeme primero tus derechos de hijo mayor —le respondió Jacob.
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—Me estoy muriendo de hambre —contestó Esaú—, así que ¿de qué me sirven los derechos de primogénito?
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—Véndeme entonces los derechos bajo juramento —insistió Jacob.Esaú se lo juró, y fue así como le vendió a Jacob sus derechos de primogénito.
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Jacob, por su parte, le dio a Esaú pan y guiso de lentejas.Luego de comer y beber, Esaú se levantó y se fue. De esta manera menospreció sus derechos de hijo mayor.