1
Téngannos los hombres por ministros del Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios
2
Se requiere sin embargo en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel
3
Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, o de juicio humano; y ni aun yo me juzgo
4
Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas el que me juzga, es el Señor
5
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza
6
Pero esto, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos, por amor de vosotros; para que en nosotros no aprendáis más allá de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros
7
Porque ¿quién te hace juzgar? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no lo hubieras recibido
Otras traducciones de 1 Corintios 4:1
La Biblia de las Américas (Español) BLA
1 Corintios 4:1
Que todo hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
English Standard Version ESV
1
This is how one should regard us, as servants of Christ and stewards of the mysteries of God.
King James Version KJV
1
Let a man so account of us, as of the ministers of Christ, and stewards of the mysteries of God.
New King James Version NKJV
1
Let a man so consider us, as servants of Christ and stewards of the mysteries of God.
Nueva Traducción Viviente NTV
1 Corintios 4:1
La relación de Pablo con los corintios Así que, a Apolos y a mí, considérennos como simples siervos de Cristo, a quienes se nos encargó la tarea de explicar los misterios de Dios.
Nueva Versión Internacional NVI
1
Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
1
TÉNGANNOS los hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
1
Téngannos los hombres por ministros del Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.