2 Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres,
3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.
4 Y esta confianza tenemos hacia Dios por medio de Cristo:
5 no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios,
6 el cual también nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal manera que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, que se desvanecía,
8 ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu?
9 Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia.
10 Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa.
11 Porque si lo que se desvanece fue con gloria, mucho más es con gloria lo que permanece.
12 Teniendo, por tanto, tal esperanza, hablamos con mucha franqueza,
13 y no somos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran su vista en el fin de aquello que había de desvanecerse.
14 Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en Cristo es quitado.
15 Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones;
16 pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es quitado.
17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
18 Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.

Otras traducciones de 2 Corintios 3:2

English Standard Version ESV

2 Corinthians 3:2 You yourselves are our letter of recommendation, written on our hearts, to be known and read by all.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Nuestras letras sois vosotros mismos, escritas en nuestros corazones, las cuales son sabidas y leídas por todos los hombres

King James Version KJV

2 Ye are our epistle written in our hearts, known and read of all men:

New King James Version NKJV

2 You are our epistle written in our hearts, known and read by all men;

Nueva Traducción Viviente NTV

2 Corintios 3:2 La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro
corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes.

Nueva Versión Internacional NVI

2 Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Nuestras letras sois vosotros, escritas en nuestros corazones, sabidas y leídas de todos los hombres;

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

2 Nuestras letras sois vosotros mismos , escritas en nuestros corazones, las cuales son sabidas y leídas por todos los hombres;
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