1Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR, que anda en sus caminos.2Cuando comas del trabajo de tus manos, dichoso serás y te irá bien.3Tu mujer será como fecunda vid en el interior de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.4He aquí que así será bendecido el hombre que teme al SEÑOR.5El SEÑOR te bendiga desde Sion, veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,6y veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz sea sobre Israel!
1Muchas veces me han perseguido desde mi juventud, diga ahora Israel2muchas veces me han perseguido desde mi juventud, pero no han prevalecido contra mí.3Sobre mis espaldas araron los aradores; alargaron sus surcos.4El SEÑOR es justo; ha cortado las coyundas de los impíos.5Sean avergonzados y vueltos atrás todos los que odian a Sion.6Sean como hierba en los techos, que se seca antes de crecer.7Con la cual el segador no llena su mano, ni el recogedor de gavillas sus brazos.8Y no digan los que pasan: La bendición del SEÑOR sea sobre vosotros; os bendecimos en el nombre del SEÑOR.
1Desde lo más profundo, oh SEÑOR, he clamado a ti.2¡Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas.3SEÑOR, si tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer?4Pero en ti hay perdón, para que seas temido.5Espero en el SEÑOR; en El espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza.6Mi alma espera al Señor más que los centinelas a la mañana; sí, más que los centinelas a la mañana.7Oh Israel, espera en el SEÑOR, porque en el SEÑOR hay misericordia, y en El hay abundante redención;8El redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
1Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado difíciles para mí;2sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en el regazo de su madre, como niño destetado reposa en mí mi alma.3Espera, oh Israel, en el SEÑOR, desde ahora y para siempre.
1Acuérdate, SEÑOR, de David, de toda su aflicción;2de cómo juró al SEÑOR, y prometió al Poderoso de Jacob:3Ciertamente no entraré en mi casa, ni en mi lecho me acostaré;4no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,5hasta que halle un lugar para el SEÑOR, una morada para el Poderoso de Jacob.6He aquí, oímos de ella en Efrata; la hallamos en los campos de Jaar.7Entremos a sus moradas; postrémonos ante el estrado de sus pies.8Levántate, SEÑOR, al lugar de tu reposo; tú y el arca de tu poder.9Vístanse de justicia tus sacerdotes; y canten con gozo tus santos.10Por amor a David tu siervo, no hagas volver el rostro de tu ungido.11El SEÑOR ha jurado a David una verdad de la cual no se retractará: De tu descendencia pondré sobre tu trono.12Si tus hijos guardan mi pacto, y mi testimonio que les enseñaré, sus hijos también ocuparán tu trono para siempre.13Porque el SEÑOR ha escogido a Sion; la quiso para su habitación.14Este es mi lugar de reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado.15Su provisión bendeciré en abundancia; de pan saciaré a sus pobres.16A sus sacerdotes también vestiré de salvación, y sus santos darán voces de júbilo.17Allí haré surgir el poder de David; he preparado una lámpara para mi ungido.18A sus enemigos cubriré de verguenza, mas sobre él resplandecerá su corona.