13 Veía en las visiones de mi cabeza en mi cama, y he aquí que un centinela y santo descendía del cielo.
14 Y clamaba fuertemente y decía así: Cortad el árbol, y desmochad sus ramas, derribad su copa, y derramad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.
15 Mas el tronco de sus raíces dejaréis en la tierra, y con atadura de hierro y de bronce quede atado en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y su parte sea con las bestias en la hierba de la tierra.
16 Su corazón sea mudado de corazón de hombre, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.
17 Por sentencia de los centinelas se acuerda el negocio, y por dicho de los santos la demanda: para que conozcan los vivientes que el Altísimo se enseñorea del reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
18 Yo el rey Nabucodonosor vi este sueño. Tú pues, Beltasar, dirás la declaración de él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque hay en ti espíritu de los ángeles santos de Dios .
19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltasar, estuvo callando casi una hora, y sus pensamientos lo espantaban. El rey entonces habló, y dijo: Beltasar, el sueño ni su declaración te espanten. Respondió Beltasar, y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su declaración para los que mal te quieren.
20 El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y que su altura llegaba hasta el cielo, y su vista por toda la tierra;
21 y cuya copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y que para todos había mantenimiento en él; debajo del cual moraban las bestias del campo, y en sus ramas habitaban las aves del cielo,
22 tú mismo eres , oh rey, que creciste, y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza, y ha llegado hasta el cielo, y tu señorío hasta el cabo de la tierra.
23 Y en cuanto a lo que vio el rey, un centinela y santo que descendía del cielo, y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas el tronco de sus raíces dejaréis en la tierra, y con atadura de hierro y de bronce quede atado en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y su parte sea con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos:
24 Esta es la declaración, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre el rey mi señor:
25 que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que entiendas que el Altísimo se enseñorea del reino de los hombres, y que a quien él quisiere lo dará.
26 Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra el tronco de las raíces del mismo árbol; tu reino se te quedará firme, para que entiendas que el señorío es en los cielos.
27 Por tanto, oh rey, aprueba mi consejo, y redime tus pecados con justicia, y tus iniquidades con misericordias de los pobres: he aquí la medicina de tu pecado.
28 Todo vino sobre el rey Nabucodonosor.
29 Al cabo de doce meses, andándose paseando sobre el palacio del reino de Babilonia,
30 habló el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi fortaleza, y para gloria de mi grandeza?
31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando cae una voz del cielo: A ti dicen, rey Nabucodonosor; El reino es traspasado de ti;
32 y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo se enseñorea en el reino de los hombres, y a quien él quisiere lo dará.
33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como de águila, y sus uñas como de aves.
34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades.
35 Y todos los moradores de la tierra por nada son contados; y en el ejército del cielo, y en los moradores de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe con su mano, y le diga: ¿Qué haces?
36 En el mismo tiempo mi sentido me fue vuelto, y torné a la majestad de mi reino; mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fui restituido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.
37 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y a los que andan con soberbia, puede humillar.

Otras traducciones de Daniel 4:13

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Daniel 4:13 "En las visiones de mi mente que vi estando en mi cama, he aquí, un vigilante, un santo, descendió del cielo.

English Standard Version ESV

13 "I saw in the visions of my head as I lay in bed, and behold, a watcher, a holy one, came down from heaven.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

13 Veía en las visiones de mi cabeza en mi cama, y he aquí que un centinela y santo descendía del cielo

King James Version KJV

13 I saw in the visions of my head upon my bed, and, behold, a watcher and an holy one came down from heaven;

New King James Version NKJV

Daniel 4:13 "I saw in the visions of my head while on my bed, and there was a watcher, a holy one, coming down from heaven.

Nueva Traducción Viviente NTV

13 »”Luego mientras soñaba, vi a un mensajero,
un santo que descendía del cielo.

Nueva Versión Internacional NVI

13 »En la visión que tuve mientras reposaba en mi lecho, vi ante mí a un mensajero santo que descendía del cielo

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

13 Veía en las visiones de mi cabeza en mi cama, y he aquí que un vigilante y santo descendía del cielo.
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