26 Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra el tronco de las raíces del mismo árbol; tu reino se te quedará firme, para que entiendas que el señorío es en los cielos.
27 Por tanto, oh rey, aprueba mi consejo, y redime tus pecados con justicia, y tus iniquidades con misericordias de los pobres: he aquí la medicina de tu pecado.
28 Todo vino sobre el rey Nabucodonosor.
29 Al cabo de doce meses, andándose paseando sobre el palacio del reino de Babilonia,
30 habló el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi fortaleza, y para gloria de mi grandeza?
31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando cae una voz del cielo: A ti dicen, rey Nabucodonosor; El reino es traspasado de ti;
32 y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo se enseñorea en el reino de los hombres, y a quien él quisiere lo dará.
33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como de águila, y sus uñas como de aves.
34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades.
35 Y todos los moradores de la tierra por nada son contados; y en el ejército del cielo, y en los moradores de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe con su mano, y le diga: ¿Qué haces?
36 En el mismo tiempo mi sentido me fue vuelto, y torné a la majestad de mi reino; mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fui restituido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.
37 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y a los que andan con soberbia, puede humillar.

Otras traducciones de Daniel 4:26

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Daniel 4:26 "Y en cuanto a la orden de dejar el tocón con las raíces del árbol, tu reino te será afirmado después que reconozcas que es el Cielo el que gobierna.

English Standard Version ESV

26 And as it was commanded to leave the stump of the roots of the tree, your kingdom shall be confirmed for you from the time that you know that Heaven rules.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

26 Y lo que dijeron, que dejaran en la tierra el tronco de las raíces del mismo árbol; tu reino se te quedará firme, para que entiendas que el señorío es en los cielos

King James Version KJV

26 And whereas they commanded to leave the stump of the tree roots; thy kingdom shall be sure unto thee, after that thou shalt have known that the heavens do rule.

New King James Version NKJV

Daniel 4:26 And inasmuch as they gave the command to leave the stump and roots of the tree, your kingdom shall be assured to you, after you come to know that Heaven rules.

Nueva Traducción Viviente NTV

26 Sin embargo, quedaron en la tierra el tocón y las raíces del árbol. Esto significa que usted recibirá nuevamente el reino cuando haya reconocido que es el cielo el que gobierna.

Nueva Versión Internacional NVI

26 La orden de dejar el tocón y las raíces del árbol quiere decir que Su Majestad recibirá nuevamente el reino, cuando haya reconocido que el verdadero reino es el del cielo.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

26 Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino se te quedará firme, luego que entiendas que el señorío es en los cielos.
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