4 Sus órdenes tienen el respaldo de su gran poder. Nadie puede oponerse ni cuestionarlas.
5 Quienes lo obedezcan no serán castigados. Los sabios encontrarán el momento y la forma de hacer lo correcto,
6 pues hay un tiempo y un modo para cada cosa, incluso cuando uno está en apuros.
7 Además, ¿cómo puede uno evitar lo que no sabe que está por suceder?
8 Nadie puede retener su espíritu y evitar que se marche. Nadie tiene el poder de impedir el día de su muerte. No hay forma de escapar de esa cita obligatoria: esa batalla oscura. Y al enfrentarse con la muerte, la maldad no rescatará al malvado.
9 El malvado y el justo
He reflexionado mucho acerca de todo lo que ocurre bajo el sol, donde las personas tienen poder para herirse unas a otras.
10 He visto que hay malvados que reciben honores en su entierro. Sin embargo, eran los mismos que frecuentaban el templo, ¡y hoy se les alaba
en la misma ciudad donde cometieron sus delitos! Eso tampoco tiene sentido.
11 Cuando no se castiga enseguida un delito, la gente siente que no hay peligro en cometer maldades.
12 Sin embargo, aunque una persona peque cien veces y siga gozando de muchos años de vida, yo sé que les irá mejor a los que temen a Dios.
13 Los malvados no prosperarán, porque no temen a Dios. Sus días nunca se prolongarán, como lo hacen las sombras del anochecer.
14 Y eso no es todo lo que carece de sentido en nuestro mundo. En esta vida, a las personas buenas se les suele tratar como si fueran malvadas, y a las malvadas, como si fueran buenas. ¡Eso no tiene ningún sentido!
15 Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo, tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da bajo el sol.
16 Mientras buscaba la sabiduría y observaba las cargas que lleva la gente aquí en la tierra, descubrí que la actividad no cesa ni de día ni de noche.
17 Me di cuenta de que nadie puede descubrir todo lo que Dios está haciendo bajo el sol. Ni siquiera los más sabios lo descubren todo, no importa lo que digan.

Otras traducciones de Eclesiastés 8:4

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Eclesiastés 8:4 Puesto que la palabra del rey es soberana, ¿quién le dirá: Qué haces?

English Standard Version ESV

4 For the word of the king is supreme, and who may say to him, "What are you doing?"

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

4 porque la palabra del rey es su potestad, ¿y quién le dirá, qué haces

King James Version KJV

4 Where the word of a king is, there is power: and who may say unto him, What doest thou?

New King James Version NKJV

Ecclesiastes 8:4 Where the word of a king is, there is power; And who may say to him, "What are you doing?"

Nueva Versión Internacional NVI

4 Puesto que la palabra del rey tiene autoridad, ¿quién puede pedirle cuentas?

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

4 Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá, Qué haces?

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

4 porque la palabra del rey es su potestad, ¿y quién le dirá, qué haces?
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