8 En cambio, el campo que produce espinos y cardos no sirve para nada. El agricultor no tardará en maldecirlo y quemarlo.
9 Queridos amigos, aunque hablamos de este modo, no creemos que esto se aplica a ustedes. Estamos convencidos de que ustedes están destinados para cosas mejores, las cuales vienen con la salvación.
10 Pues Dios no es injusto. No olvidará con cuánto esfuerzo han trabajado para él y cómo han demostrado su amor por él sirviendo a otros creyentes
como todavía lo hacen.
11 Nuestro gran deseo es que sigan amando a los demás mientras tengan vida, para asegurarse de que lo que esperan se hará realidad.
12 Entonces, no se volverán torpes ni indiferentes espiritualmente. En cambio, seguirán el ejemplo de quienes, gracias a su fe y perseverancia, heredarán las promesas de Dios.
13 Las promesas de Dios traen esperanza
Por ejemplo, estaba la promesa que Dios le hizo a Abraham. Como no existía nadie superior a Dios por quién jurar, Dios juró por su propio nombre, diciendo:
14 «Ciertamente te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable»
.
15 Entonces Abraham esperó con paciencia y recibió lo que Dios le había prometido.
16 Ahora bien, cuando las personas hacen un juramento, invocan a alguien superior a ellas para obligarse a cumplirlo; y no cabe ninguna duda de que ese juramento conlleva una obligación.
17 Dios también se comprometió mediante un juramento, para que los que recibieran la promesa pudieran estar totalmente seguros de que él jamás cambiaría de parecer.
18 Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros.
19 Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios.
20 Jesús ya entró allí por nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec.

Otras traducciones de Hebreos 6:8

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Hebreos 6:8 pero si produce espinos y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida, y termina por ser quemada.

English Standard Version ESV

8 But if it bears thorns and thistles, it is worthless and near to being cursed, and its end is to be burned.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

8 Mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición, y su fin será por fuego

King James Version KJV

8 But that which beareth thorns and briers is rejected, and is nigh unto cursing; whose end is to be burned.

New King James Version NKJV

Hebrews 6:8 but if it bears thorns and briars, it is rejected and near to being cursed, whose end is to be burned.

Nueva Versión Internacional NVI

8 En cambio, cuando produce espinos y cardos, no vale nada; está a punto de ser maldecida, y acabará por ser quemada.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

8 Mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición; cuyo fin será el ser abrasada.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

8 Mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición, y su fin será por fuego.
No Venda Mi Información Personal (CA Solamente)   California - Aviso de la CCPA