2 «Esto dice el Señor
: “Todo el que se quede en Jerusalén morirá por guerra, enfermedad o hambre, pero los que se rindan a los babilonios
vivirán. Su recompensa será su propia vida, ¡ellos vivirán!”.
3 El Señor
también dice: “La ciudad de Jerusalén ciertamente será entregada al ejército del rey de Babilonia, quien la conquistará”».
4 Entonces los funcionarios fueron a ver al rey y le dijeron:
—Señor, ¡este hombre debe morir! Esta forma de hablar desmoralizará a los pocos hombres de guerra que nos quedan, al igual que a todo el pueblo. ¡Este hombre es un traidor!
5 El rey Sedequías estuvo de acuerdo.
—Está bien —dijo—, hagan lo que quieran. No los puedo detener.
6 Así que los funcionarios sacaron a Jeremías de la celda y lo bajaron con sogas a una cisterna vacía en el patio de la cárcel que pertenecía a Malquías, miembro de la familia real. La cisterna no tenía agua pero Jeremías se hundió en una espesa capa de barro que había en el fondo.
7 Pero el etíope
Ebed-melec, un importante funcionario de la corte, se enteró de que Jeremías estaba en la cisterna. En ese momento el rey estaba en sesión junto a la puerta de Benjamín,
8 entonces Ebed-melec salió del palacio a toda prisa para hablar con él.
9 —Mi señor y rey —dijo—, estos hombres hicieron un gran mal al poner al profeta Jeremías dentro de la cisterna. Pronto morirá de hambre porque casi no hay pan en la ciudad.
10 Entonces el rey le dijo a Ebed-melec:
—Toma contigo a unos treinta de mis hombres y saca a Jeremías de la cisterna antes de que muera.
11 Así que Ebed-melec se llevó a los hombres y fue a la habitación del palacio que estaba debajo de la tesorería. Allí encontró trapos viejos y ropa desechada que llevó a la cisterna y se los bajó con sogas a Jeremías.
12 Ebed-melec le gritó a Jeremías: «Ponte estos trapos debajo de tus axilas para protegerte de las sogas».
Cuando Jeremías estuvo listo,
13 lo sacaron. Entonces regresaron a Jeremías al patio de la guardia —la prisión del palacio— y allí permaneció.
14 Sedequías interroga a Jeremías
Cierto día, el rey Sedequías mandó llamar a Jeremías e hizo que lo llevaran a la tercera entrada del templo del Señor
.
—Quiero preguntarte algo —le dijo el rey—. Y no intentes ocultar la verdad.
15 —Si te dijera la verdad, me matarías —contestó Jeremías—. Y si te diera un consejo, igual no me escucharías.
16 Entonces el rey Sedequías le prometió en secreto:
—Tan cierto como que el Señor
nuestro Creador vive, no te mataré ni te entregaré en manos de los hombres que desean verte muerto.
17 Entonces Jeremías le dijo a Sedequías:
—Esto dice el Señor
Dios de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Si te rindes a los oficiales babilónicos, tú y toda tu familia vivirán, y la ciudad no será incendiada;
18 pero si rehúsas rendirte, ¡no escaparás! La ciudad será entregada en manos de los babilonios y la incendiarán hasta reducirla a cenizas”.
19 —Pero tengo miedo de rendirme —dijo el rey—, porque los babilonios me pueden entregar a los judíos que desertaron para unirse a ellos. ¡Y quién sabe qué me harán!
20 —Si eliges obedecer al Señor
no serás entregado a ellos —contestó Jeremías—, sino que salvarás tu vida y todo te irá bien;
21 pero si te niegas a rendirte, el Señor
me ha revelado lo siguiente:
22 todas las mujeres que queden en el palacio serán sacadas y entregadas a los oficiales del ejército babilónico. Entonces las mujeres se mofarán de ti diciendo:
»“¡Qué buenos amigos tienes!
Te han traicionado y engañado.
¡Cuando tus pies se hundieron en el barro,
te abandonaron a tu suerte!”.
23 Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios y tú no escaparás. El rey de Babilonia te apresará, y esta ciudad será incendiada.
24 Entonces Sedequías le dijo a Jeremías:
—No le comentes a nadie que me dijiste esto ¡o morirás!
25 Mis funcionarios quizá se enteren de que hablé contigo y te digan: “Cuéntanos de lo que hablaban tú y el rey. De lo contrario, te mataremos”.
26 Si tal cosa sucediera, solo diles que me suplicaste que no te enviara de nuevo al calabozo de Jonatán por temor a morir allí.
27 Efectivamente, poco tiempo después los funcionarios del rey vinieron a Jeremías a preguntarle por qué el rey lo había llamado; pero Jeremías siguió las instrucciones del rey y ellos se fueron sin enterarse de la verdad ya que nadie había escuchado la conversación entre Jeremías y el rey.
28 Así que Jeremías permaneció encarcelado en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue conquistada.

Otras traducciones de Jeremías 38:2

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Jeremías 38:2 Así dice el SEÑOR: "El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia, pero el que se pase a los caldeos, vivirá y tendrá su vida por botín y seguirá viviendo."

English Standard Version ESV

2 "Thus says the LORD: He who stays in this city shall die by the sword, by famine, and by pestilence, but he who goes out to the Chaldeans shall live. He shall have his life as a prize of war, and live.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Así dijo el SEÑOR: El que se quedare en esta ciudad morirá a espada, o de hambre, o de pestilencia; mas el que saliere a los caldeos vivirá, pues su vida le será por despojo, y vivirá

King James Version KJV

2 Thus saith the LORD, He that remaineth in this city shall die by the sword, by the famine, and by the pestilence: but he that goeth forth to the Chaldeans shall live; for he shall have his life for a prey, and shall live.

New King James Version NKJV

Jeremiah 38:2 "Thus says the Lord: 'He who remains in this city shall die by the sword, by famine, and by pestilence; but he who goes over to the Chaldeans shall live; his life shall be as a prize to him, and he shall live.'

Nueva Versión Internacional NVI

2 «Así dice el SEÑOR: “El que se quede en esta ciudad morirá de hambre, por la espada o por la peste. Pero el que se pase a los babilonios vivirá. ¡Se entregará como botín de guerra, pero salvará su vida!”

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Así ha dicho Jehová: El que se quedare en esta ciudad morirá á cuchillo, ó de hambre, ó de pestilencia; mas el que saliere á los Caldeos vivirá, pues su vida le será por despojo, y vivirá.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

2 Así dijo el SEÑOR: El que se quedare en esta ciudad morirá a cuchillo, o de hambre, o de pestilencia; mas el que saliere a los caldeos vivirá, pues su vida le será por despojo, y vivirá.
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