10 (Y dije: ¡Ay, ay, el SEÑOR Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues que la espada ha venido hasta el alma.
11 En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar
12 Viento más vehemente que éstos me vendrá a mí, porque ahora yo hablaré juicios con ellos
13 He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; más ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque dados somos a despojo
14 Lava tu corazón de la malicia, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad
15 Porque la voz se oye del que trae las nuevas desde Dan, y del que hace oír la calamidad desde el monte de Efraín
16 Decid de los gentiles; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz sobre las ciudades de Judá
17 Como los guardas de las heredades, estuvieron sobre ella en derredor, porque se rebeló contra mí, dice el SEÑOR
18 Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón
19 ¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las telas de mi corazón; mi corazón ruge dentro de mí; no callaré; porque voz de shofar has oído, oh alma mía, alarma de guerra
20 Quebrantamiento sobre quebrantamiento es llamado; porque toda la tierra es destruida; en un punto son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas
21 ¿Hasta cuándo tengo que ver bandera, tengo que oír voz de shofar
22 Porque mi pueblo es loco; no me conocieron los hijos ignorantes y los no entendidos; sabios para mal hacer, y para bien hacer no supieron
23 Miré la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz
24 Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos
25 Miré, y no aparecía hombre, y todas las aves del cielo se habían ido
26 Miré, y he aquí el Carmelo desierto, y todas sus ciudades eran asoladas a la presencia del SEÑOR, a la presencia de la ira de su furor
27 Porque así dijo el SEÑOR: Toda la tierra se asolará; mas no haré consumación
28 Por esto la tierra será asolada, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, pensé, y no me arrepentí, ni me tornaré de ello
29 Del estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; se entraron en las espesuras de los bosques, y se subieron en peñascos; toda ciudad fue desamparada, y no habita en ellas varón alguno
30 Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán los amadores, buscarán tu vida

Otras traducciones de Jeremías 4:10

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Jeremías 4:10 Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ciertamente has engañado en gran manera a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: "Paz tendréis", cuando tienen la espada al cuello.

English Standard Version ESV

10 Then I said, "Ah, Lord GOD, surely you have utterly deceived this people and Jerusalem, saying, 'It shall be well with you,' whereas the sword has reached their very life."

King James Version KJV

10 Then said I, Ah, Lord GOD! surely thou hast greatly deceived this people and Jerusalem, saying, Ye shall have peace; whereas the sword reacheth unto the soul.

New King James Version NKJV

10 Then I said, "Ah, Lord God! Surely You have greatly deceived this people and Jerusalem, Saying, 'You shall have peace,' Whereas the sword reaches to the heart."

Nueva Traducción Viviente NTV

Jeremías 4:10 Entonces dije: «Oh Señor
Soberano,
el pueblo ha sido engañado por lo que dijiste,
porque prometiste paz para Jerusalén.
¡Sin embargo, la espada está en su cuello!».

Nueva Versión Internacional NVI

10 Yo dije: «¡Ah, SEÑOR mi Dios,cómo has engañado a este pueblo y a Jerusalén!Dijiste: “Tendrán paz”,pero tienen la espada en el cuello».

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

10 Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios! verdaderamente en gran manera has engañado á este pueblo y á Jerusalem, diciendo, Paz tendréis; pues que el cuchillo ha venido hasta el alma.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

10 (Y dije: ¡Ay, ay, el SEÑOR Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues que el cuchillo ha venido hasta el alma.)
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