2 Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, en los cuales pereció el tiempo?
3 Por causa de la pobreza y del hambre andaban solos; huían a la soledad, al lugar tenebroso, asolado y desierto.
4 Que cogían malvas entre los arbustos, y raíces de enebro para calentarse.
5 Eran echados de entre los hombres , y todos les daban gritos como al ladrón.
6 Habitaban en las barrancas de los arroyos, en las cavernas de la tierra, y en las piedras.
7 Bramaban entre las matas, y se congregaban debajo de las espinas.
8 Hijos de viles, y hombres sin nombre, más bajos que la misma tierra.
9 Y ahora yo soy su canción, y soy hecho a ellos refrán.
10 Me abominan, se alejan de mí, y aun de mi rostro no detuvieron su saliva.
11 Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
12 A la mano derecha se levantaron los jóvenes; empujaron mis pies, y pisaron sobre mí las sendas de su contrición.
13 Mi senda derribaron, se aprovecharon de mi quebrantamiento, contra los cuales no hubo ayudador.
14 Vinieron como por portillo ancho, se revolvieron por mi calamidad.
15 Se han revuelto turbaciones sobre mí; combatieron como viento mi voluntad, y mi salud como nube que pasa.
16 Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se apoderan de mí.
17 De noche taladra sobre mí mis huesos, y mis pulsos no reposan.
18 Con la grandeza de la fuerza del dolor mi vestidura es mudada; me ciñe como el cuello de mi ropa.
19 Me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo, y a la ceniza.
20 Clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes.
21 Te has vuelto cruel para mí; con la fortaleza de tu mano me eres adversario.
22 Me levantaste, y me hiciste cabalgar sobre el viento, y derretiste en mí el ser.
23 Porque yo conozco que me conduces a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente.
24 Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿clamarán por ventura los sepultados cuando él los quebrantare?
25 ¿Por ventura no lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
26 Cuando esperaba el bien, entonces me vino el mal; y cuando esperaba la luz, vino la oscuridad.
27 Mis entrañas hierven, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido.
28 Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé.
29 He venido a ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos.
30 Mi piel está denegrida sobre mí, y mis huesos se secaron con ardentía.
31 Y se ha tornado mi arpa en luto, y mi órgano en voz de lamentadores.

Otras traducciones de Job 30:2

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Job 30:2 En verdad, la fuerza de sus manos ¿de qué me servía? Había desaparecido de ellos el vigor.

English Standard Version ESV

2 What could I gain from the strength of their hands, men whose vigor is gone?

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, en los cuales pereció el tiempo

King James Version KJV

2 Yea, whereto might the strength of their hands profit me, in whom old age was perished?

New King James Version NKJV

Job 30:2 Indeed, what profit is the strength of their hands to me? Their vigor has perished.

Nueva Traducción Viviente NTV

2 ¡De qué me sirven
esos pobres desgraciados!

Nueva Versión Internacional NVI

2 ¿De qué me habría servido la fuerza de sus manos,si no tenían ya fuerza para nada?

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo?
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