3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litro
de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.
4 Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo:
5 «Ese perfume valía el salario de un año.
Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres».
6 No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él.
7 Jesús respondió:
8 Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».
9 Cuando todos los habitantes
de esa región se enteraron de que Jesús había llegado, corrieron en masa para verlo a él y también a Lázaro, el hombre al que Jesús había resucitado de los muertos.
10 Entonces los principales sacerdotes decidieron matar a Lázaro también,
11 ya que, por causa de él, muchos los habían abandonado a ellos
y ahora creían en Jesús.
12 Entrada triunfal de Jesús
Al día siguiente, la noticia de que Jesús iba camino a Jerusalén corrió por toda la ciudad. Una gran multitud de visitantes que habían venido para la Pascua
13 tomaron ramas de palmera y salieron al camino para recibirlo. Gritaban:
«¡Alabado sea Dios!
¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor
!
¡Viva el Rey de Israel!»
.
14 Jesús encontró un burrito y se montó en él; así se cumplió la profecía que dice:
15 «No temas, pueblo de Jerusalén.
Mira, tu Rey ya viene
montado en la cría de una burra»
.
16 Sus discípulos no entendieron en ese momento que se trataba del cumplimiento de la profecía. Solo después de que Jesús entró en su gloria, se acordaron de lo sucedido y se dieron cuenta de que esas cosas se habían escrito acerca de él.
17 Muchos de la multitud habían estado presentes cuando Jesús llamó a Lázaro de la tumba y lo resucitó de los muertos, y se lo habían contado a otros.
18 Por eso tantos salieron a recibir a Jesús, porque habían oído de esa señal milagrosa.
19 Entonces los fariseos se dijeron unos a otros: «Ya no hay nada que podamos hacer. ¡Miren, todo el mundo
se va tras él!».
20 Jesús anuncia su muerte
Algunos griegos que habían ido a Jerusalén para celebrar la Pascua
21 le hicieron una visita a Felipe, que era de Betsaida de Galilea. Le dijeron: «Señor, queremos conocer a Jesús».
22 Felipe se lo comentó a Andrés, y juntos fueron a preguntarle a Jesús.
23 Jesús respondió:

Otras traducciones de Juan 12:3

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Juan 12:3 Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.

English Standard Version ESV

3 Mary therefore took a pound of expensive ointment made from pure nard, and anointed the feet of Jesus and wiped his feet with her hair. The house was filled with the fragrance of the perfume.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento

King James Version KJV

3 Then took Mary a pound of ointment of spikenard, very costly, and anointed the feet of Jesus, and wiped his feet with her hair: and the house was filled with the odour of the ointment.

New King James Version NKJV

John 12:3 Then Mary took a pound of very costly oil of spikenard, anointed the feet of Jesus, and wiped His feet with her hair. And the house was filled with the fragrance of the oil.

Nueva Versión Internacional NVI

3 María tomó entonces como medio litro de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos: y la casa se llenó del olor del ungüento.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento.
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