8 Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo:
—Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más.
9 Jesús respondió:
10 Pues el Hijo del Hombre
vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.
11 Parábola de los diez siervos
La multitud escuchaba todo lo que Jesús decía, y como ya se acercaba a Jerusalén, les contó una historia para corregir la idea de que el reino de Dios comenzaría de inmediato.
12 Les dijo:
13 Antes de partir, reunió a diez de sus siervos y dividió entre ellos cinco kilos de plata,
diciéndoles: “Inviertan esto por mí mientras estoy de viaje”;
14 pero sus súbditos lo odiaban y enviaron una delegación tras él a decir: “No queremos que él sea nuestro rey”.
15 »Después de que lo coronaran rey, volvió y llamó a los siervos a quienes les había dado el dinero. Quería saber qué ganancias habían tenido.
16 El primer siervo informó: “Amo, invertí su dinero, ¡y multipliqué diez veces el monto inicial!”.
17 »“¡Bien hecho! —exclamó el rey—. Eres un buen siervo. Has sido fiel con lo poco que te confié, así que como recompensa serás gobernador de diez ciudades”.
18 »El siguiente siervo informó: “Amo, invertí su dinero y multipliqué cinco veces el monto original”.
19 »“¡Bien hecho! —exclamó el rey—. Serás gobernador de cinco ciudades”.
20 »Pero el tercer siervo trajo solo la suma original y dijo: “Amo, escondí su dinero para protegerlo.
21 Tenía miedo, porque usted es un hombre muy difícil de tratar, que toma lo que no es suyo y cosecha lo que no sembró”.
22 »“¡Siervo perverso! —dijo el rey a gritos—. Tus propias palabras te condenan. Si sabías que era un hombre duro que tomo lo que no es mío y cosecho lo que no sembré,
23 ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener algún interés de él”.
24 »Luego, dirigiéndose a los otros que estaban cerca, el rey ordenó: “Quiten el dinero de este siervo y dénselo al que tiene cinco kilos”.
25 »“Pero amo —le dijeron—, él ya tiene cinco kilos”.
26 »“Sí —respondió el rey—, y a los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen.
27 En cuanto a esos enemigos míos que no querían que yo fuera su rey, tráiganlos y ejecútenlos aquí mismo en mi presencia”».
28 Entrada triunfal de Jesús
Después de contar esa historia, Jesús siguió rumbo a Jerusalén, caminando delante de sus discípulos.
29 Al llegar a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos, mandó a dos discípulos que se adelantaran.
30 —les dijo—.
31 Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”».
32 Así que ellos fueron y encontraron el burrito tal como lo había dicho el Señor.
33 Y, efectivamente, mientras lo desataban, los dueños les preguntaron:
—¿Por qué desatan ese burrito?
34 Y los discípulos simplemente contestaron:
—El Señor lo necesita.
35 Entonces le llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima para que él lo montara.
36 A medida que Jesús avanzaba, la multitud tendía sus prendas sobre el camino delante de él.
37 Cuando llegó a donde comienza la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores empezaron a gritar y a cantar mientras alababan a Dios por todos los milagros maravillosos que habían visto.
38 «¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor
!
¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!»
.
39 Algunos de los fariseos que estaban entre la multitud decían:
—¡Maestro, reprende a tus seguidores por decir cosas como esas!
40 Jesús les respondió:
41 Jesús llora por Jerusalén
Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo:
42 «¡Cómo quisiera que hoy tú, entre todos los pueblos, entendieras el camino de la paz! Pero ahora es demasiado tarde, y la paz está oculta a tus ojos.
43 No pasará mucho tiempo antes de que tus enemigos construyan murallas que te rodeen y te encierren por todos lados.
44 Te aplastarán contra el suelo, y a tus hijos contigo. Tus enemigos no dejarán una sola piedra en su lugar, porque no aceptaste tu oportunidad de salvación».
45 Jesús despeja el templo
Luego Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que vendían animales para los sacrificios.
46 Les dijo:
47 Después de eso, enseñó todos los días en el templo, pero los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa, junto con los otros líderes del pueblo, comenzaron a planificar cómo matarlo;
48 pero no se les ocurría nada, porque el pueblo prestaba mucha atención a cada palabra que él decía.

Otras traducciones de Lucas 19:8

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lucas 19:8 Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.

English Standard Version ESV

8 And Zacchaeus stood and said to the Lord, "Behold, Lord, the half of my goods I give to the poor. And if I have defrauded anyone of anything, I restore it fourfold."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado

King James Version KJV

8 And Zacchaeus stood, and said unto the Lord; Behold, Lord, the half of my goods I give to the poor; and if I have taken any thing from any man by false accusation, I restore him fourfold.

New King James Version NKJV

Luke 19:8 Then Zacchaeus stood and said to the Lord, "Look, Lord, I give half of my goods to the poor; and if I have taken anything from anyone by false accusation, I restore fourfold."

Nueva Versión Internacional NVI

8 Pero Zaqueo dijo resueltamente:—Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy á los pobres; y si en algo he defraudado á alguno, lo vuelvo con el cuatro tanto.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
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