12 Y aconteció en aquellos días, que fué al monte á orar, y pasó la noche orando á Dios.
13 Y como fué de día, llamó á sus discípulos, y escogió doce de ellos, á los cuales también llamó apóstoles:
14 A Simón, al cual también llamó Pedro, y á Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé,
15 Mateo y Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón el que se llama Celador,
16 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que también fué el traidor.
17 Y descendió con ellos, y se paró en un lugar llano, y la compañía de sus discípulos, y una grande multitud de pueblo de toda Judea y de Jerusalem, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido á oirle, y para ser sanados de sus enfermedades;
18 Y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos: y estaban curados.
19 Y toda la gente procuraba tocarle; porque salía de él virtud, y sanaba á todos.
20 Y alzando él los ojos á sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios.
21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
22 Bienaventurados seréis, cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de sí, y os denostaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por el Hijo del hombre.
23 Gozaos en aquel día, y alegraos; porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres á los profetas.
24 Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque tenéis vuestro consuelo.
25 ¡Ay de vosotros, los que estáis hartos! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis.
26 ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros! porque así hacían sus padres á los falsos profetas.
27 Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen;
28 Bendecid á los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
29 Y al que te hiriere en la mejilla, dale también la otra; y al que te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas.
30 Y á cualquiera que te pidiere, da; y al que tomare lo que es tuyo, no vuelvas á pedir.
31 Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros:
32 Porque si amáis á los que os aman, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores aman á los que los aman.
33 Y si hiciereis bien á los que os hacen bien, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores hacen lo mismo.
34 Y si prestareis á aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores prestan á los pecadores, para recibir otro tanto.
35 Amad, pués, á vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo: porque él es benigno para con los ingratos y malos.
36 Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
37 No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis condenados: perdonad, y seréis perdonados.
38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto á medir.
39 Y les decía una parábola: ¿Puede el ciego guiar al ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
40 El discípulo no es sobre su maestro; mas cualquiera que fuere como el maestro, será perfecto.
41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y la viga que está en tu propio ojo no consideras?
42 ¿O cómo puedes decir á tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
43 Porque no es buen árbol el que da malos frutos; ni árbol malo el que da buen fruto.
44 Porque cada árbol por su fruto es conocido: que no cogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de las zarzas.
45 El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?
47 Todo aquel que viene á mí, y oye mis palabras, y las hace, os enseñaré á quién es semejante:
48 Semejante es al hombre que edifica una casa, el cual cavó y ahondó, y puso el fundamento sobre la peña; y cuando vino una avenida, el río dió con ímpetu en aquella casa, mas no la pudo menear: porque estaba fundada sobre la peña.
49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; en la cual el río dió con ímpetu, y luego cayó; y fué grande la ruina de aquella casa.

Otras traducciones de Lucas 6:12

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lucas 6:12 En esos días El se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.

English Standard Version ESV

12 In these days he went out to the mountain to pray, and all night he continued in prayer to God.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

12 Y aconteció en aquellos días, que fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios

King James Version KJV

12 And it came to pass in those days, that he went out into a mountain to pray, and continued all night in prayer to God.

New King James Version NKJV

Luke 6:12 Now it came to pass in those days that He went out to the mountain to pray, and continued all night in prayer to God.

Nueva Traducción Viviente NTV

12 Jesús escoge a los doce apóstoles
Cierto día, poco tiempo después, Jesús subió a un monte a orar y oró a Dios toda la noche.

Nueva Versión Internacional NVI

12 Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

12 Y aconteció en aquellos días, que fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
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