8 Después de haber dicho esto, exclamó:
9 Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola.
10 Él respondió:
11 »Este es el significado de la parábola: la semilla es la palabra de Dios.
12 Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo, se lo quita del corazón e impide que crean y sean salvos.
13 Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y lo reciben con alegría; pero como no tienen raíces profundas, creen por un tiempo y luego se apartan cuando enfrentan la tentación.
14 Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen el mensaje, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez.
15 Y las semillas que cayeron en la buena tierra representan a las personas sinceras, de buen corazón, que oyen la palabra de Dios, se aferran a ella y con paciencia producen una cosecha enorme.
16 Parábola de la lámpara
17 Pues todo lo secreto tarde o temprano se descubrirá, y todo lo oculto saldrá a la luz y se dará a conocer a todos.
18 »Así que presten atención a cómo oyen. A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento; pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo que piensan que entienden».
19 La verdadera familia de Jesús
Entonces la madre y los hermanos de Jesús vinieron a verlo, pero no pudieron acercarse a él debido a la gran cantidad de gente.
20 Alguien le dijo a Jesús:
—Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte.
21 Jesús respondió:
22 Jesús calma la tormenta
Cierto día Jesús les dijo a sus discípulos:
Así que subieron a una barca y salieron.
23 Mientras navegaban, Jesús se recostó para dormir una siesta. Pronto se desató una tormenta feroz sobre el lago. La barca se llenaba de agua y estaban realmente en peligro.
24 Los discípulos fueron a despertarlo: «¡Maestro! ¡Maestro! ¡Nos vamos a ahogar!», gritaron.
Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y a las tempestuosas olas. De repente la tormenta se detuvo, y todo quedó en calma.
25 Entonces les preguntó:
Los discípulos quedaron aterrados y asombrados. «¿Quién es este hombre? —se preguntaban unos a otros—. Cuando da una orden, ¡hasta el viento y las olas lo obedecen!».
26 Jesús sana a un hombre endemoniado
Luego llegaron a la región de los gerasenos,
al otro lado del lago de Galilea.
27 Mientras Jesús bajaba de la barca, un hombre que estaba poseído por demonios salió a su encuentro. Por mucho tiempo, había estado desnudo y sin hogar, y vivía en un cementerio, en las afueras de la ciudad.
28 En cuanto vio a Jesús, soltó un alarido y cayó al suelo frente a él, y gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Por favor, te suplico que no me tortures!».
29 Pues Jesús ya le había ordenado al espíritu maligno
que saliera del hombre. Ese espíritu a menudo tomaba control de él. Aun cuando el hombre estaba bajo custodia, con cadenas y grilletes, simplemente los rompía y se escapaba al desierto, totalmente controlado por el demonio.
30 Jesús le preguntó:
—Legión —contestó, porque estaba lleno de muchos demonios.
31 Los demonios seguían suplicándole a Jesús que no los enviara al abismo sin fondo.
32 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana, y los demonios le suplicaron que les permitiera entrar en los cerdos.
Entonces Jesús les dio permiso.
33 Así que los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó.
34 Cuando los que cuidaban los cerdos vieron lo sucedido, huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían.
35 La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre liberado de los demonios. Estaba sentado a los pies de Jesús, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo.
36 Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros cómo había sido sanado el hombre poseído por demonios.
37 Y todos los habitantes de la región de los gerasenos le suplicaron a Jesús que se fuera y los dejara en paz, porque una gran ola de miedo se apoderó de ellos.
Entonces Jesús regresó a la barca y se fue y cruzó nuevamente al otro lado del lago.
38 El hombre que había sido liberado de los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. Pero Jesús lo envió a su casa diciéndole:
39 Entonces el hombre fue por toda la ciudad proclamando las grandes cosas que Jesús había hecho por él.
40 Jesús sana en respuesta a la fe
Del otro lado del lago, las multitudes recibieron a Jesús porque lo estaban esperando.
41 Y un hombre llamado Jairo, líder de la sinagoga local, se acercó y cayó a los pies de Jesús mientras rogaba que lo acompañara a su casa.
42 Su única hija, que tenía unos doce años, estaba muriendo.
Mientras Jesús iba con Jairo, las multitudes lo rodeaban.
43 Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua
y no encontraba ninguna cura.
44 Acercándose a Jesús por detrás, le tocó el fleco de la túnica. Al instante, la hemorragia se detuvo.
45 preguntó Jesús.
Todos negaron, y Pedro dijo:
—Maestro, la multitud entera se apretuja contra ti.
46 Pero Jesús dijo:
47 Cuando la mujer se dio cuenta de que no podía permanecer oculta, comenzó a temblar y cayó de rodillas frente a Jesús. A oídos de toda la multitud, ella le explicó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante.
48 —le dijo Jesús—,

Otras traducciones de Lucas 8:8

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lucas 8:8 Y otra parte cayó en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a ciento por uno. Y al hablar estas cosas, Jesús exclamaba: El que tiene oídos para oír, que oiga.

English Standard Version ESV

8 And some fell into good soil and grew and yielded a hundredfold." As he said these things, he called out, "He who has ears to hear, let him hear."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

8 Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fue nacida, llevó fruto a ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oír, oiga

King James Version KJV

8 And other fell on good ground, and sprang up, and bare fruit an hundredfold. And when he had said these things, he cried, He that hath ears to hear, let him hear.

New King James Version NKJV

Luke 8:8 But others fell on good ground, sprang up, and yielded a crop a hundredfold." When He had said these things He cried, "He who has ears to hear, let him hear!"

Nueva Versión Internacional NVI

8 Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno».Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

8 Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fué nacida, llevó fruto á ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oir, oiga.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

8 Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fue nacida, llevó fruto a ciento por uno . Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oídos para oír, oiga.
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