3
que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar
4
porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas; mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y los grillos desmenuzados; y nadie le podía domar
5
Siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con las piedras
6
Y cuando vio a Jesús de lejos, corrió, y le adoró
7
Clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes
8
Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo
9
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos
10
Le rogaba mucho que no le enviara fuera de aquella provincia
11
Y estaba allí cerca de los montes una grande manada de puercos paciendo
12
y le rogaron todos aquellos demonios, diciendo: Envíanos a los puercos para que entremos en ellos
13
Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en el mar; los cuales eran como dos mil; y en el mar se ahogaron
14
Los que apacentaban los puercos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron para ver qué era aquello que había acontecido
15
Y vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado y vestido, y en su juicio cabal; y tuvieron miedo
16
Y les contaron los que lo habían visto, cómo había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los puercos
17
Y comenzaron a rogarle que se fuera de los términos de ellos
18
Y entrando él en el barco, le rogaba el que había sido fatigado del demonio, para estar con él
19
Pero Jesús no le permitió, sino le dijo: Vete a tu casa a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti
20
Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho con él; y todos se maravillaban
21
Pasando otra vez Jesús en un barco a la otra orilla, se juntó a él gran multitud; y estaba junto al mar
22
Y vino uno de los príncipes de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies
23
y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está a la muerte; ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá
Otras traducciones de Marcos 5:3
La Biblia de las Américas (Español) BLA
Marcos 5:3
que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas;
English Standard Version ESV
3
He lived among the tombs. And no one could bind him anymore, not even with a chain,
King James Version KJV
3
Who had his dwelling among the tombs; and no man could bind him, no, not with chains:
New King James Version NKJV
3
who had his dwelling among the tombs; and no one could bind him, not even with chains,
Nueva Traducción Viviente NTV
Marcos 5:3
Este hombre vivía entre las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo ni siquiera con cadenas.
Nueva Versión Internacional NVI
3
Este hombre vivía en los sepulcros, y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
3
Que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar;
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
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que tenía domicilio en los sepulcros, y ni aun con cadenas le podía alguien atar;