2 Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.
3 Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego su lepra fue limpiada.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para que les conste.
5 Y entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
6 y diciendo: Señor, mi criado yace en casa paralítico, gravemente atormentado.
7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará.
9 Porque también yo soy hombre bajo potestad, y tengo debajo de mi potestad soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
10 Y oyéndolo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
11 Mas yo os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, e Isaac, y Jacob, en el Reino de los cielos;
12 mas los hijos del Reino serán echados en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creiste te sea hecho. Y su criado fue sano en la misma hora.
14 Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a su suegra echada en cama, y con fiebre.
15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y echó de ellos los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos;
17 para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: El tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
18 Y viendo Jesús gran multitud alrededor de sí, mandó que se fuesen al otro lado del lago .
19 Y llegándose un escriba, le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que fueres.
20 Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza.
21 Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, dame licencia para que vaya primero, y entierre a mi padre.
22 Y Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Otras traducciones de Mateo 8:2

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Mateo 8:2 Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

English Standard Version ESV

2 1And behold, a lepera came to him and 2knelt before him, saying, "Lord, if you will, you can make me clean."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme

King James Version KJV

2 And, behold, there came a leper and worshipped him, saying, Lord, if thou wilt, thou canst make me clean.

New King James Version NKJV

Matthew 8:2 And behold, a leper came and worshiped Him, saying, "Lord, if You are willing, You can make me clean."

Nueva Traducción Viviente NTV

2 De repente, un leproso se le acercó y se arrodilló delante de él.
—Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio.

Nueva Versión Internacional NVI

2 Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él.—Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.
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