8
Y la multitud, viéndolo, se maravilló, y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres
9
Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre que estaba sentado al banco de los tributos públicos, el cual se llamaba Mateo; y le dice: Sígueme. Y se levantó, y le siguió
10
Y aconteció que estando él sentado a la mesa en su casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos
11
Y viendo esto los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores
12
Mas oyéndolo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos
13
Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio; porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento
14
Entonces los discípulos de Juan vinieron a él, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan
15
Y Jesús les dijo: ¿Pueden los hijos de la recámara nupcial tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán
16
Y nadie echa remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque el tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura
17
Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y se pierden los odres; mas echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conserva juntamente
18
Hablando él estas cosas a ellos, he aquí vino un principal, y le adoró, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá
19
Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos
20
Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre hacía doce años, acercándose por detrás, tocó la franja de su vestido
21
porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré libre
22
Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha librado. Y la mujer fue libre desde aquella hora
23
Y llegado Jesús a casa del principal, viendo los tañedores de flautas, y la multitud que hacía bullicio
24
les dijo: Apartaos, que la muchacha no está muerta, mas duerme. Y se burlaban de él
25
Pero cuando la multitud fue echada fuera, entró, y la tomó de su mano, y se levantó la muchacha
26
Y se difundió esta fama por toda aquella tierra
27
Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David
28
Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dicen: Sí, Señor
Otras traducciones de Mateo 9:8
La Biblia de las Américas (Español) BLA
Mateo 9:8
Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
English Standard Version ESV
8
When the crowds saw it, they were afraid, and they glorified God, who had given such authority to men.
King James Version KJV
8
But when the multitudes saw it, they marvelled, and glorified God, which had given such power unto men.
New King James Version NKJV
8
Now when the multitudes saw it, they marveled and glorified God, who had given such power to men.
Nueva Traducción Viviente NTV
Mateo 9:8
Al ver esto, el temor se apoderó de la multitud; y alababan a Dios por enviar a un hombre con tanta autoridad.
Nueva Versión Internacional NVI
8
Al ver esto, la multitud se llenó de temor y glorificó a Dios por haber dado tal autoridad a los mortales.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
8
Y las gentes, viéndolo, se maravillaron, y glorificaron á Dios, que había dado tal potestad á los hombres.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
8
Y la multitud, viéndolo, se maravilló, y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.