10 Verdades que tus hijos necesitan saber sobre la Pascua

La evidencia sobre la resurrección es abrumadora. [En este post] no tenemos el suficiente tiempo para estudiar a detalle cada una de las profecías cumplidas de la Biblia ni los argumentos lógicos sobre la resurrección. Pero hay libros como: Cold-Case Christianity for Kids así cómo The Case for Christ for Kids que hacen un excelente trabajo explicando la resurrección.

Es crítico que nuestro hijos entiendan que Jesús en verdad fue Dios en forma humana, que en verdad murió crucificado en la cruz, y que en verdad resucitó de la muerte. Necesitan comprender que la historia bíblica sobre la Pascua no es un cuento de fantasía.

Es fácil ver que como seres humanos todos estamos quebrantados de alguna forma y necesitamos sanidad. Romanos 3:23 dice: “por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.”

No hay nada que nosotros podamos hacer para reparar nuestro propio quebrantamiento, no podemos hacer suficientes buenas dádivas ni tampoco vivir una vida perfecta.  

Es por eso que necesitamos a un Salvador perfecto que está dispuesto a traer esa sanidad a nosotros y eso es exactamente lo que Jesús es, el Salvador, el Mesías y es la sanidad y salvación lo que nos ha dado.

Su sacrificio y muerte fueron la paga de todos nuestros pecados y todo el mal que hemos hecho, y su resurrección, demuestra que su poder puede conquistar todas las cosas incluyendo la muerte es exactamente lo que necesitamos en esta vida moderna para poder vivir vidas enteras y sanas.

Que gran bendicion y que grande diferencia haría en nuestra cultura que nuestros hijos conozcan esta verdad en su vida.  

Para mi uno de los capítulos más conmovedores de la Pascua sucedió en el jardín del

Getsemaní. Jesús, el perfecto hijo de Dios, se arrodilló a pedirle a su  Padre que le ayudara a soportar la angustia de lo que estaba por suceder antes de llegar a la cruz.

La escritura describe a Jesús: “Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo” (Mateo 26:38). Cristo sabía lo que estaba a punto de suceder y le pidió a Dios que le ayudara, aun así, Cristo también demuestra una perfecta obediencia cuando termina diciendo: “pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras” (Mateo 26:39).

Jesús pregunto las cosas difíciles en el Getsemaní, y no lo hizo desafiando o para querer desobedecer, pero lo hizo como alguien que estaba pasando por un momento de ansiedad por lo que estaba a punto de suceder. Jesús nos dio un excelente ejemplo que podemos compartir con nuestros hijos sobre cómo tener una real y honesta relación con Dios.

Durante sus días finales, Jesús sufrió dolores agonizantes tanto torturas físicas por parte de los romanos, como dolores emocionales como cuando sus amigos más cercanos los abandonaron y hasta negaron conocerlo, así como dolor espiritual puesto que en la cruz el sufrió la ira de Dios por los pecados de la humanidad.   

Es muy probable que nuestros hijos encuentren dolor real así como ataques espirituales en sus vidas. Es crítico que conozcan a Jesús quien dice: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Él sabe lo por lo que estamos pasando puesto que el también paso por lo mismo.

¿No crees que nuestros hijos necesitan de auténticos modelos de conducta buena? Gente que ellos admiren y respeten. Nuestros hijos necesitan ejemplos de aquellos que estén dispuestos a hacer lo correcto cada vez sin importar el costo.

Que increíble que Jesús, quien guía nuestras vidas, ejemplificó la obediencia perfecta hasta llegar a la cruz sin importar las consecuencias. Podemos enseñarle a nuestros hijos a obedecer a Dios a todo costo puesto que Jesús es nuestro mejor ejemplo a seguir.   

La muerte de Jesucristo fue el episodio más oscuro en la historia. Mientras que el hijo de Dios se encontraba sangrando, sufriendo y agonizando sus últimos respiros mientras estaba clavado en la cruz, el diablo se regocijó por su aparente victoria.
 

Sin embargo que gran victoria para Jesús tres días después cuando venció a la muerte y resucitó. No hay nada más grande que el poder de Dios.   
 

Dios demostró que él entiende todas nuestras pruebas y dolores al poner a Cristo el Mesías a través de tales pruebas. Dios comprobó que para él en verdad no hay nada imposible al resucitar a Jesucristo de la muerte.
 

¡Nuestros hijos necesitan saber que solo Dios puede redimir nuestros momentos más oscuros y convertir nuestras pruebas más fuertes en victorias tal y como lo hizo con Jesucristo!

No siempre podemos entender el “por qué” o saber “por cuánto tiempo” pasaremos por sufrimientos y dolores, pero la resurrección de Jesús nos recuerda que siempre podemos confiar en Él.
 

El sufrimiento de Jesús no fue en vano. Dios siempre tuvo en mente un plan mucho mayor y una razón, que fue nuestra redención. De la misma forma, Dios tiene un plan mayor para nuestro sufrimiento: “Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada” (Santiago 1:2-4).
 

La pascua es una gran garantía de esta verdad. Que glorioso que podamos recordarle a nuestros hijos año tras año que Dios es capaz de transformar nuestras pruebas en triunfo.

En un mundo lleno de grandes y al parecer obstáculos inconquistables, es de vital importancia saber que no hay nada que Dios no pueda conquistar por nosotros.
 

Él es el gran victorioso por sobre toda dificultad y dolor. Es cierto que Jesús nos dijo que en este mundo tendríamos aflicciones pero que podemos estar tranquilos puesto que Él ha derrotado al mundo (Juan 16:33).
   

Yo quiero equipar a mis hijos con esta convicción y confianza, que ellos sepan del gran poder y amor de Jesucristo por ellos

Es cierto que compartir la historia de la muerte y resurrección de Cristo con nuestros hijos es algo que puede ser complicado. Los niños pueden hacer toda clase de preguntas y pueden llegar a no comprender todo en un solo momento.
 

Los niños tienen que entender que todo lo que Jesús hizo y todo lo que sufrió fue con el propósito de traernos esperanza y salvación.
 

Jesús entendió que no había ninguna otra manera de poder reconciliar a la humanidad con Dios a no ser con el sacrificio de una persona sin pecado. Ningún humano hubiera podido jamás hacer lo que Jesús hizo puesto que nosotros no somos perfectos.      
 

En corto, los niños deben entender que lo que Jesús hizo fue para poder tener una mejor y más profunda relación personal con cada uno de nosotros, y que aquel sacrificio era la única manera de lograrlo. La Pascua es la expresión de amor de Dios a nosotros.

La Pascua es una perfecta oportunidad para platicar sobre la salvación con nuestros hijos.

Puede ser que nuestros hijos hayan ido a la iglesia toda su vida, pero ¿han tomado una verdadera decisión de seguir a cristo y aceptarlo como Señor y Salvador de sus vidas? A lo mejor conozcan la historia de la Pascua al derecho y al revés pero puede que no hayan hecho aún el compromiso de seguir a Jesús con su mente y corazón.
 

Muestra atención y sensibilidad al platicar sobre la Pascua con tus hijos, es una de las pláticas más importantes que jamás puedas tener con ellos.  

Alicia Michelle es una autora, conferencista y blogger en yourvibrantfamily.com. A ella le apasiona ayudar a las mujeres a navegar sus caminos como madres, esposas y amas de casas. Ella también está casada y enseña a sus hijos en la casa.