Resumen de 2 Corintios 4: Dios nos ha dado la luz de la gloria de Cristo. "Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados...Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo".