10 Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella cama, y mesa, y silla, y candelero, para que cuando viniere a nuestra casa, se recoja en ella.
11 Y aconteció que un día él vino por allí, y se recogió en aquella cámara, y durmió en ella.
12 Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando él la llamó, vino ella delante de él.
13 Y dijo él a Giezi : Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Has menester que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
14 Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí ella no tiene hijo, y su marido es viejo.
15 Dijo entonces : Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta.
16 Y él le dijo: A este tiempo según el tiempo de la vida, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva.
17 Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo al mismo tiempo que Eliseo le había dicho, según el tiempo de la vida.
18 Y cuando el niño fue grande, aconteció que un día salió a su padre, a los segadores.
19 Y dijo a su padre: ¡Mi cabeza, mi cabeza! Y él dijo a un criado: Llévalo a su madre.
20 Y habiéndole él tomado, y traído a su madre, estuvo sentado sobre sus rodillas hasta medio día, y murió.
21 Ella entonces subió, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerró la puerta sobre él, y salió.
22 Y llamando a su marido, le dijo: Te ruego que envíes conmigo a alguno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al varón de Dios, y vuelva.
23 Y él dijo: ¿Para qué has de ir a él hoy? No es nueva luna, ni sábado. Y ella respondió: Paz.
24 Después hizo enalbardar una asna, y dijo al criado: Guía y anda; y no me hagas detener para que suba, sino cuando yo te lo dijere.
25 Partió, pues , y vino al varón de Dios al monte del Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita.
26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y dile: ¿Tienes paz? ¿Y tu marido, y tu hijo? Y ella dijo: Paz.
27 Y luego que llegó al varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; mas el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y el SEÑOR me ha encubierto el motivo , y no me lo ha revelado.
28 Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo, que no me burlases?
29 Entonces dijo él a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi bordón en tu mano, y ve; y si alguno te encontrare, no lo saludes; y si alguno te saludare, no le respondas; y pondrás mi bordón sobre el rostro del niño.
30 Entonces dijo la madre del niño: Vive el SEÑOR, y vive tu alma, que no te dejaré.
31 El entonces se levantó, y la siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el bordón sobre el rostro del niño, mas ni tenía voz ni sentido; y así se había vuelto para encontrar a Eliseo; y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta.
32 Y venido Eliseo a la casa, he aquí el niño que estaba tendido muerto sobre su cama.
33 Entrando él entonces , cerró la puerta sobre ambos, y oró al SEÑOR.
34 Después subió, y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre los ojos de él, y sus manos sobre las manos de él; así se midió sobre él, y la carne del niño se calentó.
35 Volviéndose luego , se paseó por la casa a una parte y a otra, y después subió, y volvió a medirse sobre él; y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
36 Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.
37 Y ella entró, y se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y tomó su hijo, y salió.
38 Y Eliseo se volvió a Gilgal. Había entonces grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una grande olla, y haz potaje para los hijos de los profetas.
39 Y salió uno al campo a coger hierbas, y halló una parra montés, y cogió de ella una faldada de uvas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje; porque no sabían lo que era .
40 Y dio de comer a los varones; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, dieron voces, diciendo: ¡Varón de Dios, la muerte en la olla! Y no lo pudieron comer.
41 El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer al pueblo. Y no hubo más mal en la olla.
42 Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da al pueblo para que coman.
43 Y respondió él que le servía: ¿Cómo he de poner esto delante de cien varones? Mas él volvió a decir: Da al pueblo para que coman, porque así dijo el SEÑOR: Comerán, y sobrará.
44 Entonces él lo puso delante de ellos; y comieron, y les sobró, conforme a la palabra del SEÑOR.

Otras traducciones de 2 Reyes 4:10

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Reyes 4:10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí.

English Standard Version ESV

10 Let us make a small room on the roof with walls and put there for him a bed, a table, a chair, and a lamp, so that whenever he comes to us, he can go in there."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

10 Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella cama, mesa, silla, y candelero, para que cuando viniere a nuestra casa, se recoja en ella

King James Version KJV

10 Let us make a little chamber, I pray thee, on the wall; and let us set for him there a bed, and a table, and a stool, and a candlestick: and it shall be, when he cometh to us, that he shall turn in thither.

New King James Version NKJV

2 Kings 4:10 Please, let us make a small upper room on the wall; and let us put a bed for him there, and a table and a chair and a lampstand; so it will be, whenever he comes to us, he can turn in there."

Nueva Traducción Viviente NTV

10 Construyamos un pequeño cuarto en el techo para él y pongámosle una cama, una mesa, una silla y una lámpara. Así tendrá un lugar dónde quedarse cada vez que pase por aquí».

Nueva Versión Internacional NVI

10 Hagámosle un cuarto en la azotea, y pongámosle allí una cama, una mesa con una silla, y una lámpara. De ese modo, cuando nos visite, tendrá un lugar donde quedarse».

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

10 Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella cama, y mesa, y silla, y candelero, para que cuando viniere á nosotros, se recoja en ella.
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