6 Porque desde la ventana de mi casa miraba por la celosía,
7 y vi entre los simples, distinguí entre los muchachos a un joven falto de juicio,
8 pasando por la calle cerca de su esquina; iba camino de su casa,
9 al atardecer, al anochecer, en medio de la noche y la oscuridad.
10 Y he aquí, una mujer le sale al encuentro, vestida como ramera y astuta de corazón.
11 Es alborotadora y rebelde, sus pies no permanecen en casa;
12 está ya en las calles, ya en las plazas, y acecha por todas las esquinas.
13 Y lo agarra y lo besa, y descarada le dice:
14 Tenía que ofrecer ofrendas de paz, y hoy he cumplido mis votos;
15 por eso he salido a encontrarte, buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.
16 He tendido mi lecho con colchas, con linos de Egipto en colores;
17 he rociado mi cama con mirra, áloes y canela.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana, deleitémonos con caricias.
19 Porque mi marido no está en casa, se ha ido a un largo viaje;
20 se ha llevado en la mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la luna llena.
21 Con sus palabras persuasivas lo atrae, lo seduce con sus labios lisonjeros.