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La única manera de vivir sin temor

De la Palabra de Dios:“Tu amor inagotable, oh Señor, es tan inmenso como los cielos; tu fidelidad sobrepasa las nubes” (Salmos 36:5, NTV).

Cuando era muy jovencita leí un libro, el testimonio de Joni, y por alguna razón que solo pudiera explicarse con las ideas de una mente adolescente, comencé a pensar que si le decía sí a Dios, sin reservas, podía sucederme algo semejante a lo que pasó con Joni. Si no conoces su historia, te animo a leerla.

La realidad es que los años fueron pasando y la lucha seguía escondida dentro de mí. Una lucha que pudiera traducirse como temor. Temor a que Dios, de alguna manera, quisiera traer a mi vida “pruebas” tan difíciles y duras que acabarían con todo.

Tomó años, mucho estudio de la Palabra y sobre todo llegar a conocer bien al Dios en quien he creído, para entender algo: la única manera de vivir libres de temor es cuando comprendemos que Dios nos ama, nos ama infinitamente, y es justo ese amor lo que hace que él solo busque el bien para nuestra vida.

Cuando no tenemos claro este concepto, vivimos presa de los temores que te mencioné arriba, o de muchos otros. Pero mira lo que nos dice el apóstol Juan quien, en mi humilde opinión de alguien que no es exégeta ni erudita, fue de los doce el que mejor entendió que Dios es amor: “Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor… En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios” (1 Juan 4: 16, 18).

Dos verdades clave aquí: Primero, Dios nos ama con amor perfecto. Segundo, tenemos que poner nuestra confianza en su amor. De modo que lo primero es de parte de Dios. Lo segundo nos corresponde a ti y a mí. Cientos de predicadores te lo pueden decir, lo puedes leer, pero si no lo crees en tu corazón, de nada valdrá.

Sí, ya sé lo que estás pensando… que incluso a gente que ama a Dios profundamente, que tienen una fe increíble, le suceden cosas duras, difíciles….aparentemente malas. ¿Y qué hacemos entonces con Romanos 8:28?

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. (NVI, cursivas de la autora)

Creo que por en muchos casos hemos interpretado mal el pasaje. Pablo no está diciendo que todo lo que nos suceda será bueno, lindo, fácil, etc. Lo que el apóstol está diciendo es que Dios usará todo lo que nos suceda para nuestro bien, para lograr su propósito en nuestra vida…su voluntad agradable y perfecta. Sucede que nuestro concepto de algo “bueno” no siempre se corresponde con la idea de Dios y es ahí donde vienen nuestras frustraciones y temores.

Sin embargo, si entendemos y creemos que Dios nos ama con amor perfecto, entonces podemos vivir libres del temor, venga lo que venga, porque nada nos podrá separar de su amor. Y al final, será su amor lo que nos perfecciona, lo que nos hace semejantes a Cristo y lo que nos lleva a cruzar al otro lado de la eternidad.

Mi querida lectora, ¿vives víctima del temor, presa? Permíteme hablarte con toda dulzura y honestidad: necesitas aceptar el amor de Dios y esconderte en él. Deja que te envuelva. Atesora esta Palabra en tu corazón: “Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes” (Efesios 5:17, cursivas de la autora).

Dios ama a Joni ahora, con el ministerio internacional que tiene, y la amó igual cuando a los 17 años ocurrió su accidente. Su propósito se ha cumplida de una manera inigualable y esta mujer ha bendecido millones de vidas. No soy quién para decirlo, pero quizá si Joni no fuera cuadripléjica, su vida no hubiera tenido el impacto que hemos visto. No lo sé, pero sí sé que ella confía en el perfecto amor de Dios. Y ha vivido para darle gloria.

¿Y sabes? De eso se trata. No de que Dios cumpla todos nuestros sueños sino de que nosotras vivamos los sueños de Dios.

Vivimos en un mundo caído, donde suceden cosas que nos dejan sin habla, que nos hieren, nos enferman. Pero tenemos la promesa del amor inagotable de Dios. Lee los Salmos y verás cuántas veces se menciona “tu amor inagotable”.

Sé libre hoy, hija de Dios, porque él te ama; y porque te ama, solo buscará tu bien. Confía en su amor.

© 2019 Wendy Bello
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