Fui la chica que siempre se preguntó ¿Por qué? “¿Por qué colgamos medias en Navidad?” “Por qué comemos pavo el día de acción de gracias?” “Por qué el hada de los dientes me deja monedas por mi diente perdido?” ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Algunas respuestas me ayudaron a entender la historia detrás de las acciones misteriosas, mientras otras me dejaron aún más perpleja. Convertirme en cristiana no me hizo menos inquisitiva; en tal caso, me hizo aún más curiosa -- y eso es algo bueno. En vez de seguir ciegamente tradiciones o cultura, Dios nos llama a que todo lo que hagamos este basado en los principios de la biblia y en la verdad espiritual. Pero preguntarse “¿Por qué?” He descubierto diez cosas que a los cristianos les gusta hacer que no son bíblicas.
1. Preocuparse
Preocuparse es probablemente la cosa más común que a los cristianos les gusta hacer que no es bíblica. Preocuparse entorpece nuestros días y nos roba el sueño por las noches. Causa úlceras, ataques de pánico y otro montón de padecimientos físicos y emocionales. Lo peor de todo es que, es un pecado que está en desobediencia directa a la palabra de Dios.
“Por nada estéis afanosos” dice Filipenses 4:6-7, antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
Lee Robertson, fundador de la Universidad Templo de Tennessee, dijo esto: "Preocuparse no es algo más que infidelidad práctica. Quién se preocupa no solo revela su falta de confianza en Dios, sino también que está confiando mucho en sí mismo.
2. Pedir la presencia de Dios
Hago esto todo el tiempo. "Dios por favor, acompaña a nuestros misioneros mientras predican el evangelio en México. Por favor acompaña a Mary en el hospital mientras le remueven su vesícula. Y por favor acompaña a la familia Jones mientras sufren por la pérdida de su madre"
Orar para que Dios esté con nosotros se opone a lo que nos dice la escritura. Jesús en Mateo 28:20, les dijo a los discípulos, "y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Si somos sus discípulos, esta promesa también nos pertenece.
Como dijo el salmista, que de una forma muy hermosa capturo la presencia de Dios en el Salmo 139:7-10: ¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
Aún más reconfortante que la presencia de Dios con nosotros es la presencia de Dios en nosotros. Cuando aceptamos a Cristo como nuestro salvador, él nos promete: a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. (Colosenses 1:27)
3. Diezmar
En el Antiguo Testamento, Dios le dio la instrucción a su gente de diezmar - da el diez por ciento de tus entradas económicas para ayudar al sistema religioso, económico y político del antiguo Israel. En el Nuevo Testamento, Jesús, expuso una norma mayor, aunque menos precisa, para dar. El sitio de Referencia Bíblica Cristiana lo describe de esta manera:
Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación (2 Corintios 9:6-7), y no por el propósito del reconocimiento público (Mateo 6:1-4). La cantidad apropiada para dar puede ser más o menos que el diez por ciento, dependiendo de las circunstancias de uno (Mateo 19:21, Lucas 18:22, 21:1-4, Hebreos 13:16, 1 Juan 3:17). Dar generosamente es reconocer que todo lo que tenemos es un regalo de Dios, y esta para ser usado en Su servicio. (Lucas 12:33, Hechos 20:35, 1 Timoteo 6:17-19, Santiago 1:17, 1:27, 1 Pedro 4:10)
"En vez de dar una cantidad exacta como obligación, se nos fomenta a dar generosamente cualquier talento, habilidad o riqueza que Dios nos haya otorgado". Para la mayoría de nosotros, esta es una cantidad que va más allá del diez por ciento.
4. Incluir el conejo de pascuas y los huevos de colores en nuestra celebración
El sitio de internet Gotquestions.com nos dicen, “La leyenda del conejo de pascuas trayendo huevos parece haber sido traída a los Estados Unidos por inmigrantes alemanes. Por más de 200 años, el conejo de pascuas se ha convertido en el símbolo de pascua comercial más reconocido en los Estados Unidos.”
Incluir al conejo de pascuas en nuestra celebración no está mal, simplemente no tiene bases bíblicas. Los eventos ocurridos sobre la resurrección de Jesús, no solo son bíblicos sino también históricamente certeros. Enfocarnos en esto es mucho más divertido que un conejo esponjoso y un montón de huevos de chocolate.
5. Orar con el Padre Nuestro
Posiblemente el pasaje del Nuevo Testamento más memorizado, la oración conocida como El Padre Nuestro, sea recitada en iglesias alrededor del mundo cada domingo. Desafortunadamente orar como una oración personal o corporativa no eran exactamente las intenciones de Jesús para este pasaje tan querido.
“Señor” Preguntaron sus discípulos. “Enséñanos a orar”. En respuesta, Jesús les dio consejos prácticos sobre cómo orar (Mateo 6:5-18): No ores de forma que llames la atención. Ora en privado. Y no hagas como, dice la versión de la biblia "vanas repeticiones". En otras palabras, cada oración debería ser una expresión original de tu corazón.
Jesús quiso que sus palabras fueran un modelo de oración, no una que debe decirse palabra por palabra. “Así entonces, es como debes rezar...” No dijo “Esto es lo que tienes que decir en tus oraciones”. Estudiosos están de acuerdo que Jesús estaba dando instrucciones a los discípulos de tomar la estructura de su oración modelo y usarla según sus peticiones originales.
6. Leer horóscopos para determinar eventos futuros
La astrología es la creencia antigua de que el destino de una persona puede ser encontrado en el patrón de estrellas y planetas al momento de su nacimiento. El “horóscopo” es la carta que intenta describir ese destino.
La Asociación Evangélica Billy Graham dice lo siguiente sobre la astrología: “La Astrología es ofensiva para Dios ya que atribuye a las estrellas y planetas un poder que pertenece solo a Dios y a su vez porque trata de descubrir la voluntad de Dios mediante otros fines distintos a los mencionados por él. A través de la biblia Dios nos dice que él nos guiará …Un cristiano no necesita la astrología y sus pistas porque los creyentes pueden buscar la guía directamente en la palabra de Dios.
7. Culpar al Karma
He escuchado a cristianos dando el crédito al “mal karma” como la causa de eventos desafortunados en sus vidas. “Debo haber hecho algo malo en el pasado”, confiesan, “y ahora está viniendo a acecharme”.
La Enciclopedia Espiritual describe el concepto hinduista y budista del karma de esta manera: “que todos nuestros pensamientos, palabras y acciones comienzan una cadena de causa y efecto, y que personalmente experimentaremos los efectos de todo lo que causemos. Podemos no experimentarlo de forma inmediata (El karma que se devuelve) y ni siquiera podría ser en esta vida, pero puedes estar seguro que lo harás”. Al enseñar esas religiones la reencarnación, ellas toman el concepto de que lo bueno o malo que hagamos en esta vida tiene el poder de pasar a la vida siguiente.
El apóstol Pablo, mostró el principio de la siembra y cosecha en Gálatas 6:7 como una regla general de vida, pero acá es donde la similitud termina. Afortunadamente, así como Dios nos permite recibir los resultados de nuestras acciones pecaminosas también derrama su gracia y piedad sobre nosotros y nos ahorra muchas de esas consecuencias. En vez de hacernos vivir sin tomar en cuenta nuestras acciones, su amabilidad debería inspirarnos a vivir para complacerlo.
8. Creer en la suerte y la superstición
“No me he enfermado en todo el año, toco madera”, me dijo mi paciente mientras conversábamos sobre su salud. Un amigo se negó a viajar el viernes 13. Un conductor de taxi tiene una pequeña estatua de San Cristóbal en su tablero. Un colega jugador de béisbol usa su “bate de la suerte” cada vez que participa en el juego de softbol de la compañía. Toco madera, un pie de conejo de la suerte y evadir gatos negros son ejemplos comunes de la superstición.
Dictionary.com define a la superstición como: “Una creencia o noción, no basada en alguna razón o conocimiento, en o del significado siniestro de una cosa particular, circunstancia, ocurrencia, proceder, etc.”
Scott Reid, en el artículo “No te conviertas en un cristiano supersticioso”, apunta a que aún los comportamientos bíblicos pueden rozar la superstición. “Recuerdo el gran peso que atribuí al tiempo que pasaba leyendo las escrituras en la universidad”, escribe. “Si perdía una sesión de mi lectura mañanera de la biblia, sentía que cualquier cosa mala que ocurriera ese día sería a causa de haber perdido mi rutina. Estaba menos preocupado con la sinceridad y reverencia de mi comportamiento a Dios que asegurando tener un buen día”.
Reid reconoce, “La diferencia entre un comportamiento fiel y la superstición pueden ser duras de discernir, ya que la diferencia yace en las sutilezas de nuestras intenciones. Pero cualquier objeto, comportamiento o creencia al que le das el poder de salvarte –o te da cosas buenas aparte del poder de un Dios vivo– es un talismán y te está apartando del evangelio.
9. Tomar para emborracharse
Pasa todo el día leyendo blogs, publicaciones de Facebook o sitios web cristianos y te encontrarás con la discusión de si los cristianos deberían o no tomar alcohol. La mayor parte de los estudiosos de la biblia, afirman que, si bien la biblia no prohíbe el consumo de alcohol, esta tiene unas guías específicas para su uso. Acá algunas:
“Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu” Efesios 5:18
“El vino es escarnecedor, la bebida fuerte alborotadora, y cualquiera que con ellos se embriaga no es sabio” Proverbios 20:1
Desafortunadamente muchos creyentes abusan de la libertad que tienen en cristo para consumir alcohol. Una copa de vino se convierte en una botella. Una cerveza se convierte en 6 cervezas. Un cóctel antes de la cena lleva a otro y otro y otro. El escalón entre la bebida casual y el alcoholismo es resbaloso y sutil, esto se debe quizás a que la biblia deja claro como el agua que los creyentes deberían evadir beber en exceso.
1 Corintios 10:31 es la mejor prueba de fuego en la escritura sobre si beber o no beber, comer o involucrarte en alguna otra actividad: Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquiera otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. Si nos preguntamos a nosotros mismos si la actividad con la que estamos comprometidos trae Gloria a Dios, y la respuesta es no, nuestra elección está clara.
10. Jubilación
La biblia es casi silenciosa con respecto al tema de la jubilación. Con la excepción de instrucciones a los sacerdotes levíticos de dejar de trabajar en el templo a la edad de 50 (Números 8:24-25), en ningún otro lugar se menciona el concepto de dejar de trabajar. En el artículo de los Asuntos Teoréticos titulado “Es la jubilación bíblica”, O.S. Hawkings dice, “la idea de jubilarse es un fenómeno relativamente moderno. Mis propios tátara abuelos no conocían el concepto de la jubilación. Su generación trabajó hasta que fueron físicamente capaces, y muchos de ellos, hasta el momento de su muerte”
El Acto de Seguridad Social de 1935 proporcionó el pago de beneficios a los trabajadores con la edad de 65 años, lo cual causo que los americanos comenzarán a ver su jubilación a esa edad como un derecho. Mientras muchos ven hoy el declive mental y físico que conlleva el envejecimiento como razones válidas para dejar de trabajar, no encontrarán soporte bíblico para retirarse de servir a Dios.
Juan el apóstol, tenía más de 90 años y aun predicaba y escribía mientras se encontraba exiliado en Patmos. Polycarp, el pastor de la iglesia Smyrna, testificó en su martirio que había servido a cristo por “ochenta y seis años”. Nuestro tiempo en la tierra, “un vapor”, como el apóstol Santiago lo llamo, es nuestra única oportunidad para el Dios con el que pasaremos la eternidad. El no solo nos invita para servirle todos los días de nuestra vida – Él espera que lo hagamos. ¿Y por qué no lo haríamos?