Cuando comencé a ser cristiana, gravité alrededor de leer solo el Nuevo Testamento porque quería aprender más de Jesús (y fue sencillo de comprender). Pero ahora mientras leo el Antiguo Testamento, noto cosas importantes y sorprendentes acerca de Dios, particularmente en los libros de los profetas. Porque Dios nunca cambia, podemos leer las historias de profetas antiguos como Jeremías, Amós, Jonás y Esdras, y ver como se revela el corazón y el carácter de Dios. También, los mensajes que proclaman a Israel y a las naciones paganas hace miles de años son mensajes que son relevantes a la iglesia hoy en día. Acá hay 10 cosas sorprendentes que los Profetas (incluso los menores) revelan acerca de Dios.
1. Dios nos ama incondicionalmente
“Desde lejos el SEÑOR se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia. De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten” Jeremías 31:3-4
Durante los días del profeta, Jeremías, Israel vivía en cautiverio en Babilonia. En este capítulo de Jeremías, Dios asegura a su gente que Él los sacará del cautiverio y los restaurará, de acuerdo a la promesa de su pacto.
No tenemos que ganarnos el amor de Dios al hacer las cosas correctas; aceptamos Su amor como un regalo por ser sus hijos. El amor de Dios no cambia sin importar lo que hayamos hecho. Responde a Dios mientras te guía con su amabilidad infalible y su gracia.
2. Jesús es el hijo de Dios
Jesús repite el Salmo 118:22 como un recordatorio de que Su presencia fue predicha hace mucho tiempo: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra principal del ángulo.”
Philip Nation enlista el rol de Jesús en cada uno de los libros de los profetas en su artículo “Jesús… en Cada Libro de la Biblia”
Los profetas mayores revelaron a Jesús como:
Isaías – El sirviente sacrificado
Jeremías – El mesías en duelo
Lamentaciones – Él que asume la ira de Dios por nosotros
Ezequiel – El Hijo del Hombre
Daniel – El extraño en la fogata con nosotros
Los profetas menores revelaron a Jesús como:
Oseas – El Esposo fiel incluso, cuando huimos
Joel – Él que envía Su Espíritu a Su gente
Amós – Quien entrega justicia a los oprimidos
Abdías – El Juez de aquellos que hacen el mal
Jonás – El gran misionero
Miqueas – El que lleva nuestro pecado al mar del olvido
Nahúm – El que proclama una paz mundial futura que ni siquiera podemos imaginar
Habacuc – Él que aplasta la injusticia
Sofonías – El guerrero que salva
Hageo – El que restaura nuestra alabanza
Zacarías – Profesa un Mesías dañado por nosotros
Malaquías – El sol de la rectitud que brinda salvación
Podemos confiar en la garantía del mensaje del evangelio de Dios de Jesucristo a través de los profetas y a través de toda la escritura. Revisa ese artículo en la página web www.BibleStudyTools.com para leer como los 66 libros restantes de la Biblia revelan a Jesús.
3. Dios usa gente ordinaria
Amós era un pastor, que estaba lejos de tener una carrera glamorosa en aquellos días. “Palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, de lo que vio en visión acerca de Israel en días de Uzías, rey de Judá, y en días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.” Amós 1:1. Dios los uso a ambos, lo alto en la sociedad (como a Esdras, el sacerdote) lo bajo (como Amos el pastor) para proclamar Su amor a su gente.
Dios puede usarnos, así como usó a los profetas del antiguo testamento para entregar su mensaje. Sin importar la edad, trasfondo étnico o nivel de educación, Dios puede usarte para anunciar el Reino de Dios. Solo necesitamos ser obedientes y creer. Así como Dios llamó a Jonás para decirle a Nínive que se arrepintieran y siguieran a Dios, Él llama a su gente hoy en día para anunciar las buenas noticias del evangelio a un mundo pecaminoso.
4. Dios es agraciado y justo
Nahúm es el profeta que proclama que el corazón de Dios es tanto justo como piadoso: “Dios celoso y vengador es el SEÑOR; vengador es el SEÑOR e irascible. El SEÑOR se venga de sus adversarios, y guarda rencor a sus enemigos. Bueno es el SEÑOR, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian.” Nahum 1:2;7. Resulta más sencillo imaginar a Jesús caminando a nuestro lado como nuestro amigo que un Dios santo que nos dice que “la paga por el pecado es la muerte”. Nahúm nos recuerda que Él es tanto justo como piadoso. Dios administra la justicia cuando es advertida, pero prefiere extender la gracia por Su gran amor hacia nosotros.
5. Dios tiene un plan y propósito para tu vida
Mientras muchos judíos estaban cautivos en Babilonia, Dios habló a Su profeta, Jeremías, para consolar a Su gente y recordarles que Él tenía el control y un buen plan para ellos.
“Pues así dice el SEÑOR: "Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar. "Porque yo sé los planes que tengo para vosotros" declara el SEÑOR" planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:10-11
Incluso si las circunstancias en tu vida lucen como un error terrible, como los judíos atrapados en Babilonia, Dios tiene un plan cocinándose. Ten el consuelo de que Él siempre tiene el control y se encuentra obrando para tu bien.
6. Dios te llama a arrepentirte
Joel 2:13-14 dice, “Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al SEÑOR vuestro Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal. ¿Quién sabe si volverá y se apiadará, y dejará tras sí bendición, es decir, ofrenda de cereal y libación para el SEÑOR vuestro Dios?”
Nunca es tarde para alejarte del pecado y correr hacia Dios. El simple hecho de decir lo siento es un gran paso, pero alejarte del pecado e ir hacia Dios es lo que Él está buscando – Él quiere tu corazón. Podemos descansar con la promesa de que Dios mantendrá su relación con nosotros.
7. Somos responsables por nuestra propia fe y obediencia, no otros
“Por tanto, os juzgaré, a cada uno conforme a su conducta, oh casa de Israel declara el Señor DIOS. Arrepentíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, para que la iniquidad no os sea piedra de tropiezo.” Ezequiel 18:30
Aunque a los profetas se les asignó la tarea de dar las noticias de la destrucción, Dios siempre proporcionó una salida. Dios llamó a profetas como Ezequiel y Jonás a obedecerlo entregando la verdad. Ellos no fueron responsables por cómo la gente recibió el mensaje, solo lo fueron de su propia obediencia a Dios al compartirlo. Solo podemos entregar el mensaje de Dios, no podemos hacer que otros lo crean. Sin embargo, es maravilloso tener participación en la alegría de ver a otros responder al mensaje y venir con una fe salva a Dios.
8. El pecado nos puede causar dolor
Jeremías es el ejemplo perfecto de un profeta cuyas palabras fueron cumplidas delante de sus ojos. A pesar de sus advertencias, Jerusalén fue destruido por la negativa de la gente a obedecer a Dios: “Quién me diera que mi cabeza se hiciera aguas, y mis ojos fuente de lágrimas, para que yo llorara día y noche por los muertos de la hija de mi pueblo.” Jeremías 9:1
A Jeremías le importaba tanto la gente de Israel que derramó lágrimas acerca de su pecado. ¿Cuándo fue la última vez que lloraste por tu pecado, el pecado de tu nación o el pecado de tu iglesia? Somos un cuerpo de creyentes. Aunque a la final somos responsables por nosotros mismos, tenemos el deber de caminar al lado de nuestros hermanos y hermanas en Cristo y ayudarlos a desarrollar disciplinas maduras.
9. Dios quiere que le demos lo mejor
El primer verso de la profecía de Malaquías repite las hermosas palabras de Dios a Su gente: “Los he amado”. A lo cual los sacerdotes respondieron “¿Cómo nos has amado?” Que desagradecidos. Dios luego los confronta en ese amor y saca a los sacerdotes del pecado de dejar que la gente ofrezca sacrificios menores.
“El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? dice el SEÑOR de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi nombre. Pero vosotros decís: "¿En qué hemos menospreciado tu nombre?" Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: "¿En qué te hemos deshonrado?" En que decís: "La mesa del SEÑOR es despreciable." Y cuando presentáis un animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y cuando presentáis el cojo y el enfermo, ¿no es malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad? dice el SEÑOR de los ejércitos.” Malaquías 1:6-8
Si queremos darle a Dios lo que merece, necesitamos darle lo mejor de todo lo que tengamos.
10. El silencio perpetúa el pecado
En el pasaje arriba de Malaquías, Dios confronta a los líderes acerca de su pecado de permitir sacrificios defectuosos para alcanzar el altar de Dios. Los sacerdotes pecaron por su silencio. Al no rechazar las ofrendas defectuosas y al no requerir solo lo mejor, permitieron que el pecado continuará, creando una riña entre ellos y Dios. Decir la verdad a alguien a veces es incómodo y difícil, pero es necesario para el crecimiento de un cristiano.
Dios usa lo ordinario para lograr lo extraordinario. Los profetas pudieron haber sido poco bienvenidos en muchos pueblos, pero fue la verdad de las palabras que dijeron que eventualmente se probó que venían de Dios. Hojea los libros de los profetas menores para ver qué mensaje podría tener Dios para ti a través de sus palabras.
Para más estudios, revisa los profetas mayores y menores, enlistados en el punto 2. Aprende más acerca de la estructura y propósito de los profetas menores aquí y en el artículo de la página web www.crosswalk.com “6 Cosas que Cada Cristiano Debería saber acerca de Los Profetas Menores”
Michelle S. Lazurek es una autora ganadora de premios, vocera, esposa de un pastor y madre. Ganadora del premio Golden Scroll en la categoría de libro infantil del año y la medalla de plata “Luz Fortalecedora”, es miembro de la Red de Autores Cristianos y la Asociación de Escritores y Voceros. Su primer libro publicado con la editorial Leafwood, “Una invitación a la mesa” salió en septiembre de 2016. Ella también enseña en varios talleres como, la Conferencia de Escritores Cristianos de Montrose. Ella y su esposo viven en Coudersport, Pensilvania, con sus dos hijos, Caleb y Leah. Para más información, por favor visita su sitio web michellelazurek.com