Mis padres me enseñaron a nunca ceder a la esperanza. Mis maestros me inspiraron a soñar en grande. Aún me aferro a esos ideales hoy, pero cuando esa oferta de trabajo no se da o el diagnóstico del doctor me da desaliento, comienzo a hacerme a mí misma esta pregunta. ¿Estoy esperando lo correcto? Dios sabía que enfrentaríamos el desánimo. Él nos proporcionó para estos momentos al darnos versos como este: “Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo" (Romanos 15:13). La Palabra nos motiva para seguir adelante cuando nuestra situación parece no tener esperanzas. Pero ¿Cómo sabemos si estamos esperando las cosas correctas? ¿Cómo sabemos si nuestros grandes sueños vienen de Dios? Acá hay 10 esperanzas y sueños en la Biblia. Permitamos que nos animen hoy y lleven nuestra atención al “Dios de la esperanza”.