Trágicamente, muchas personas que crecen como cristianos terminan alejándose de la fe una vez que se convierten en adultos. Los padres sienten dolor al ver que sus hijos dejan la fe que ellos esperaron se convirtiera en una prioridad a lo largo de sus vidas. Mientras tanto, el gran propósito de Dios para las personas que aman no es completado. Pero no tiene que ser de esa manera para ti y tus niños. Puedes ayudarles a desarrollar una “fe que se quede” – una fe que dure y crezca a lo largo de sus vidas. Acá encuentras cómo hacerlo…
1. Sé un modelo a segui
Reconoce que tan importante es tu ejemplo espiritual para tus hijos. La forma en la que expresas y vives tu fe tiene un impacto más grande en el camino cristiano de tus hijos que cualquier otro factor. Así que ora a diario para que Dios te ayude a convertirte en la persona que Él quiere que seas, para que puedas poner el mejor ejemplo de fe en acción para tus niños. Haz de tu relación con Dios una prioridad en tu vida.
2. Confía en el Señor
Enséñales a tus hijos lo que significa confiar en Jesús. Ayuda a tus hijos a discernir entre la diferencia que tiene poner su confianza en Jesús y poner su confianza en algo mucho menor, como en sus instintos o sus deseos. Motiva a cada uno de tus niños a enfocarse en la calidad de su relación con Jesús en vez de qué tan rígido pueden hacer su estilo de vida. Enfócate en una relación en vez de reglas. Diles que a Dios le importa mucho más en quien se están convirtiendo como personas que las actividades religiosas que practican. Tus hijos eventualmente se hastiarán de la religión, pero perseguir relaciones más cercanas con Jesús les dará la emoción y paz continua, lo cual los motivará a quedarse con la fe.
3. Ámalos como Cristo
Ama a tus hijos de forma incondicional. Pídele a Dios que te ayude a amar a tus hijos de la misma forma que Él los ama: de forma incondicional. Modelando ese amor hacia ellos los ayudará a entender y apreciar cómo los ama Dios, mientras que también los inspirarás a que amen a otros.
4. Sé un buen pastor
Usa tus recursos sabiamente. Muestrales a tus niños cómo luce manejar los recursos que Dios te dio (como el tiempo, dinero y energía) sabiamente. Déjalos ver que a veces luchas por tomar las mejores decisiones y la diferencia que hace cuando eliges confiar en la orientación de Dios en vez de tomar decisiones egoístas. Mientras tus hijos te ven manejar tus recursos con fe, ellos aprenderán habilidades valerosas que los ayudarán a tener vidas saludables y verán de primera mano lo importante que es confiar en Dios.
5. Invierte en su desarrollo
Ayuda a tus hijos a descubrir sus verdaderas identidades. Motiva a tus niños a construir sus identidades alrededor del hecho de que son niños queridos por Dios, hechos a Su imagen y con propósitos importantes que cumplir en el mundo. Enfócate primero en el desarrollo de su carácter y segundo, en los logros académicos, en vez de, al contrario. Enséñales a desarrollar el tipo de carácter que Jesús modela, como la amabilidad y el autocontrol. Ayuda a tus niños a descubrir los talentos que Dios les dio para desarrollarlos y ponerlos en uso para contribuir al mundo de su alrededor.
6. Comparte tu fe
Habla de fe con tus hijos. Sé completamente abierto y honesto cuando discutas tu viaje personal espiritual con tus hijos. Habla con ellos acerca de cómo has lidiado con las dudas, tentación y equivocaciones pecaminosas. Déjales saber cómo te ha ayudado Jesús a superar desafíos. Cuando tus niños sepan que te sientes cómodo compartiendo tus pensamientos y sentimientos acerca de la fe con ellos, ellos estarán más cómodos abriéndose a ti acerca de lo que piensan y sienten de la fe. Sé creativo acerca de cómo introducir conversaciones con tus hijos en tu vida – quizás puedes hablar con ellos cuando están en el carro juntos, o mientras preparan la cama. Escucha cuidadosamente y sin juzgar cuando hablen contigo, y haz el mejor esfuerzo al ayudarlos a responder sus preguntas espirituales mientras les aseguras tu amor incondicional por ellos.
7. Ayúdalos a buscar a Dios
Motiva a tus hijos a pensar por sí mismos acerca de la fe. Mientras es válido comunicar tus propias opiniones acerca de asuntos espirituales, también es importante dejar que tus niños tengan la libertad de pensar de forma crítica acerca de lo que creen y tomar sus propias conclusiones. Los niños que simplemente absorben la perspectiva de sus padres sin considerar los asuntos por ellos mismos no hacen que la fe sea propia, y eventualmente se alejan de ella. Pero los niños que buscan a Dios de verdad por ellos mismos eventualmente lo encontrarán y disfrutarán de una fe real y duradera. Así que no sermonees a tus hijos. Por el contrario, hazles preguntas de análisis diseñadas para motivarlos a buscar a Dios por las respuestas.
8. Sé un sirviente
Dales a tus hijos oportunidades para trabajar por la justicia. Urge a tus niños a servir a las personas en necesidad y a trabajar por el bien tanto en tu comunidad local como a través del mundo. Encuentra causas que le interesen a tus hijos, y únete a ellas como voluntario tan seguido como puedas. Trata de construir relaciones con las personas a las que tú y tus hijos sirven, para que tus niños puedan ver cómo Dios está trabajando y transformando todo lo referente a tus relaciones.
9. Prepáralos para el mundo
Ayuda a que tus niños hagan una buena transición de la secundaria a la universidad. Dejar la secundaria para ir a la universidad puede ser peligroso para la fe de tu hijo si no están preparados para tomar un enfoque leal al comenzar sus vidas como adultos independientes. Muchos jóvenes se abruman por las elecciones que enfrentan en esta etapa de sus vidas, dejan de pensar de forma crítica acerca de sus decisiones, y luego toman decisiones de forma destructiva. Discute asuntos como el sexo premarital, el uso del alcohol y el manejo del tiempo y dinero con tus hijos adolescentes bien antes de que se vayan a la universidad. Dentro de las dos primeras semanas luego que comiencen la universidad, ayúdalos a encontrar o conectarse con una iglesia local y un grupo de ministerio en el campus, ya que las relaciones con otros cristianos son esenciales para que su fe crezca en la universidad.
10. Cédelos a Dios
Confía tus hijos a Jesús. Mientras tus hijos pasan por subes y bajas naturales en sus viajes espirituales, resiste la urgencia de tratar de controlarlos, y en cambio, ora por ellos regularmente, invitando a Jesús a que obre en sus vidas en formas que van más allá de lo que puedes hacer tú. Busca una relación para toda la vida con tus hijos, dejándoles saber que tú estarás allí para ellos sin importar lo que ocurra. Luego, sigue viviendo leal y ora por tus hijos a menudo, confiando en Jesús para que haga lo mejor con sus vidas.