“Es ese momento del año en el que el mundo se enamora…” canta Frank Sinatra en “El vals de Navidad”. Está entre las primeras canciones que mi familia coloca de regreso de la cena de acción de gracias en la casa de la abuelita. Y mientras canto en el auto, aun cuando es noviembre, siento todas las palabras de la navidad. Luego sucede. Justo en medio de diciembre, cuando el ritmo de la temporada está fuera de control, mi amor declarado por todo lo navideño comienza a sonar menos convincente. Las reuniones festivas que una vez buscaba con el entusiasmo de un niño se convirtieron en una obligación así como los pendientes que necesitaban hacerse. Y pienso, aquí estoy otra vez, otra temporada de navidad estresante –la misma canción, el mismo verso, un poco más fuerte, un poco peor. Pero Isaías 9:6 nos cuenta un tipo de navidad diferente: “Para nosotros nace un niño, a nosotros se nos da un hijo…y su nombre debe ser… Príncipe de la Paz” Porque “Él es nuestra paz” (Efesios 2:14), el hijo que se nos dio, Jesús, ha hecho que la paz sea posible con Dios y con aquellos a nuestro alrededor. Sin embargo a menudo nos encontramos atrapados en el ruido de la temporada, sintiendo todo menos la paz, deseando que hubiera una forma de alivianar las cargas en navidad. Acá hay 10 formas de disminuir el estrés en navidad.
Conectate a diario con Jesús
Cuando era niña, mi madre tenía la obsesión de saber con quién salía todos los días. Algunas influencias eran buenas, otras no tanto. “Eres con quien estas” diría. Aunque los malos amigos se han ido, unas cuantas influencias negativas quedan, especialmente durante las fiestas: mi deseo de controlar, mi necesidad de complacer personas, y mi renuencia a escoger “lo mejor” (Lucas 10:42) sentándome a los pies de Jesús.
El pastor Jon Courson lo explica de esta manera: “Te estás perdiendo lo que solo yo puedo producir si pasas tiempo conmigo (Jesús). Incluso si tienes los principios bajos y la teología correcta, sin mí no habrá autocontrol, paz, amor y alegría, gentileza y bondad. Esos solo vienen de pasar tiempo conmigo.”
Si bien estas comprando o envolviendo regalos, horneando o decorando galletas, conduciendo a una obra de navidad o teniendo un evento de gala, puedes conectar con Jesús en cualquier momento, en cualquier lugar. Y cuando lo hagas, tus prioridades se alinearan y el estrés disminuirá.
No seas uno de esos cristianos
Quizás conoces a uno –uno que se enoja cuando las tarjetas de navidad desean “Felices Fiestas” en vez de “Feliz Navidad”. Uno que piensa que Santa es “Satanás” con algunas letras invertidas. Uno que se frustra con las personas que vienen a navidad en vísperas de la navidad. Uno que limita los regalos a tres por niño porque, bueno, ¿no es así que lo hicieron los hombres sabios?
Quizás eres uno de esos cristianos. Sé que también he sido una quizás un par de veces, pensé que apegarme a las normas me ayudaría a concentrarme en Jesús, solo para comprender que me harían ser como los fariseos que tenían reglas hechas por los hombres hace un tiempo –y que no estaban enfocadas en Jesús. Becky Kiser, fundadora y autora de Fiestas Sagradas, lo explica así: “La verdad es que Jesús paso más tiempo renegando de la élite espiritual que se negó a comprometerse con la cultura a su alrededor que con aquellos que pisaban el pecado de la cultura”.
No nos estresemos ni preocupemos por nuestra reputación y buenas acciones que nos perdamos todo el punto de la navidad: Jesús, el único que Dios envió para reconciliarnos “Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;” (2 Corintios 5:18).
Evita pensar que la navidad tiene que ser la mejor
Este año la compra de vestidos de fiesta para navidad alcanzó un nuevo estándar para mí –que en verdad es un bajo estándar—ya que mi búsqueda por el vestido se me salió un poco de las manos. Me hago esto a mí misma, no es solo con la ropa, pero mis intentos de ser el factor sorprendente, encontrar los mejores árboles de navidad y hacer el viaje más inolvidable hacia las montañas. No tiene sentido, de verdad porque hice lo mismo el año pasado, y el anterior, tratando cada navidad como si fuera la única en la tierra.
Si eres como yo, en vez de dar tanta devoción a la navidad, ¿por qué no te aferras a las primeras cosas en tu lista de importancia y sueltas las cosas de menor importancia? Esto podría significar saltar el envío obligatorio de tarjetas de navidad y liberar tiempo para armar ese rompecabezas de 1500 piezas con tus hijos adolescentes. O podría significar sacrificar la compra de pijamas iguales esta navidad para ir a pasar una noche en las montañas. Haz una o dos cosas –no 99 cosas— haz de esta navidad “la mejor hasta ahora”, y revisa si tu estrés permanece luego de que la navidad pase.
Que amar a otros sea una prioridad
Si tuviera que crear una lista de “10 cosas que hacen que la navidad sea navidad”, desearía poder decir que “Amar a otros bien” estaría en el tope. Pero estoy segura de que agregaría luces de navidad, clima frio, películas y envíos de artículos antes de mencionar el amor. Probablemente agregaría cosas de navidad también, como llenar cajas de zapatos, liderar un estudio de adviento y leer Lucas 2 en la víspera de la Navidad –sin amar a nadie.
1 Corintios 13:3 nos dice que, mientras hacemos el bien, todavía nos puede faltar: “Si diera todo lo que tengo a los pobres y sacrificara mi cuerpo y no amara a otros, no habría ganado nada”
En el libro de Becky Kiser, Fiestas Sagradas, escribe, “Hay familias que practican cada tradición religiosa que puedas imaginar, y no hay amor. En su intento de recrear la navidad, han removido la alegría, amor y cada capricho”.
La buena noticia es que, amar genuinamente a otros no es algo que nos queda por hacer. La razón total por la que somos capaces de amar en primer lugar es “Porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Así que vayamos a la fuente del amor, el mismo Jesús, pidiéndole que aumente nuestro amor por aquellos que Él coloca en nuestro camino.
Deja que otros te amen
Así como amar a otros trae mucha paz y significado a la temporada navideña, recibir el amor de alguien produce lo mismo. Peor muy a menudo nuestro orgullo se atraviesa en el camino. Nos gusta ser autosuficientes y proveernos a nosotros mismos, no nos gusta que las personas descubran nuestros enredos. Esto puede confirmarse según lo que posteamos en la web: todo perfecto. Luego actuamos como si tuviéramos una reputación en las redes que proteger.
Pero solo porque somos “Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;” (Colosenses 3:12), vistámonos con humildad. Dejemos que las personas nos alcancen, nos ayuden, nos amen.
Trae a la temporada la persona que eres y lo que tienes
¿Sientes que estás haciendo las cosas de navidad de forma errada? Tienes una cuerda de luz que lanzar en un arbusto mientras que el vecino tiene 50 cuerdas colocadas con música. Usas tenedores de plástico cuando tienes una fiesta. No tienes un sweater de navidad. Tus tarjetas de navidad no están impresas en una cartilla de calidad. Tartamudeas con las canciones, porque no sabes cómo pronunciarlas.
Relájate. En ningún lugar de las escrituras se dan instrucciones exactas acerca de cómo celebrar la navidad. Como se dijo antes, siéntete libre de traer a la temporada quién eres en verdad y lo que ya tienes (tenedores elegantes, opcionales).
Participa en el encendido de las velas de adviento
Cuando estoy ansiosa y estresada, enfocarme en la luz que Jesús derrama en este mundo caótico y oscuro trae paz a mi alma. No es de sorprender que mi verso favorito de navidad sea Lucas 1:78-79 “por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que la Aurora nos visitará desde lo alto, PARA DAR LUZ A LOS QUE HABITAN EN TINIEBLAS Y EN SOMBRA DE MUERTE, para guiar nuestros pies en el camino de paz.”
El “amanecer” se refiere a Jesús, quien trae nuestras mañanas. Él es nuestro sol y escudo (Salmos 84:11) y nuestra brillante estrella de la mañana (Apocalipsis 22:16), Incluso, Él se envuelve a sí mismo en la luz (Salmos 104:2). Y una de las mejores formas de recordar estas verdades gloriosas es encendiendo velas, no solo en la iglesia, sino en nuestro hogar y en nuestro lugar de trabajo. La autora Becky Kiser detalla el encendido de las velas de adviento –y lo divertido que puede ser durante la temporada—en su libro, Fiestas Sagradas explica “La razón para usar velas en el adviento es para cambiar nuestro enfoque hacia la Luz del Mundo, que es Jesús, cuya llegada celebramos”.
Cuida tu cuerpo
Seguro, la navidad es el momento más maravilloso del año, pero cuando nos lleva a enfrentarnos con las dinámicas familiares, problemas financieros nuestros seres amados que ya no están con nosotros, la temporada puede deprimirnos mental, emocional y físicamente. Los postres permanecen en los topes de todas las cocinas, el clima de la temporada nos hace querer estar dentro donde está más cálido, y las celebraciones constantes –que involucran la familia, trabajo y estudios—nos sacan de las rutinas, afectando como comemos, dormimos y entrenamos.
Y debido a lo imposible que resulta mantener el mismo calendario que mantenemos meses mucho menos locos en diciembre, debemos establecer metas realistas. Solo escoge una o dos cosas con las que te debas controlar. Para mí, debido a que lo dulce me lleva a un estado de inconsciencia mental, trato de evadirlas en días que no hay fiestas planeadas. También me aseguro de, mover mi cuerpo cinco días por semana. Si soy capaz de entrenar 50 minutos bien, si solo son 10 minutos en un día, lo hago también.
Enfócate en el privilegio de dar regalos
“Cuando se trata de dar, no nos enfoquemos en tener que dar el regalo, sino en poder hacerlo” sugiere la autora Becky Kiser. Que bendición es tener personas en nuestras vidas que amamos profundamente, personas que queremos halagar. No solo seres queridos, sino también aquellos en necesidad. Ellos también son una bendición –personas que producen compasión en nosotros. Y cuando el hecho de dar un regalo es algo que se hace con intención y con un presupuesto, el estrés disminuye.
En 2 Corintios 9, Pablo habla acerca de la generosidad cristiana, en donde él envuelve el final del capítulo señalando al más generoso de todos, Dios mismo: “Gracias a Dios por su regalo indescriptible” Lo que Jesús hizo en la cruz es el acto más generoso de todos los tiempos. Tengamos la misma mentalidad de nuestro salvador y seamos generosos y dadores de buenos regalos (Santiago 1:17).
No te ofendas con facilidad
Una vez unos amigos de la iglesia nos confrontaron acerca de un Santa de cerámica sobre nuestra televisión. “Estás enviando mensajes distorsionados a tus hijos acerca de a quien deben adorar” nos dijeron. “Mejor revisas tu corazón”.
El intercambio completo fue interesante. Mi esposo y yo nos ofendimos. A ambos nos molestaron muchas razones: (1) el comentario nos llenó de rabia –quizás porque nuestro santa adorable de verdad le está enviando un mensaje distorsionado a nuestros hijos acerca de la razón de la temporada, (2) nos hizo cuestionar la cercanía de nuestra amistad con ellos –Sabemos que nos han escuchado hablar de nuestro amor por Jesús y (3) nos tentaron a juzgarlos a ellos –es interesante como Santa es un No mientras que las películas demoníacas de horror están perfectamente bien (¡Ellos amaban esas películas!).
Ahí estaban, ofendidos por nuestro Santa. Y ahí estábamos, ofendidos por haberlos ofendido. Es un poco cómico cuando piensas en eso. El punto es, podríamos dar un poco más de gracia unos a otros y no sudar lo pequeño en esta temporada de navidad.
Molly Parker adora su rol como contribuyente y editor de los Planes Devocionales de Acnchored Press y de los Estudios Bíblicos Fiestas Sagradas. Cuando Molly no está haciendo trenzas o paseando a su cachorro, está comiendo pastel, horneando un pastel o pensando en un pastel, lo cual es sorprendente considerando que ha trabajado en la industria del fitness durante 25 años. Dolly vive en California del Sur con su esposo y sus tres hijos.