Trabajar en un ambiente soñado es una meta para la mayoría de nosotros. Pero cuando el sueño se convierte en una pesadilla tóxica ¿cómo saltamos de la cama cada mañana y vamos al trabajo? ¿Cuáles son algunas herramientas prácticas que podemos usar en el trabajo? Y ¿cuál es nuestra responsabilidad como cristianos al lidiar con compañeros de trabajo complicados? Aquí hay 10 formas de lidiar con compañeros de trabajo complicados.
1. Trata de entender lo que está ocurriendo
El proverbio americano aún es un buen principio “No juzgues a las personas hasta que hayas caminado en sus zapatos”
En el ambiente de trabajo hoy en día, todos están lidiando con algún tipo de estrés. Un compañero de trabajo cuya fibromialgia ataca cada mañana no será una persona alegre. Lo mismo ocurre con una madre, cuyo hijo está enfrentando a la prisión o una esposa que lucha por mantener su matrimonio. Un pronóstico mortal del doctor. Depresión, deudas acumuladas, un padre que sufre de Alzheimer. Todos esos problemas y más, pueden estar ocurriendo en un cubículo cercano. Trata de entender cuál es la raíz de la relación complicada.
Mi experiencia parte de este principio. Un gerente me asignó trabajo extra, incluso cuando le dije que ya estaba sobrecargada. Pero cuando escuché la presión que hacía la junta de directores sobre ella, me ayudó a entender su reacción. Por caminar mentalmente en sus zapatos, fui capaz de comprender completamente lo que estaba ocurriendo para no tomarlo personal.
2. Examina las expectativas
Cada vez que comenzamos un nuevo trabajo, esperamos que sea un lugar lleno de gente maravillosa. Queremos ser apreciados por nuestro trabajo y queremos sea una de las ventajas de la compañía. Pero los trabajos de hoy no son iguales al trabajo de vida de nuestro abuelo con su pensión y amigos leales. Muchos de nosotros nos movemos de trabajo en trabajo, dependiendo de las circunstancias de la vida. La mayoría de nosotros no se quedaría en la misma oficina por más de cinco años.
El Grupo de Investigaciones Pew Research reportó, “Seis de diez adultos (63%) mencionan que el empleado promedio en los Estados Unidos tiene menos seguridad laboral ahora que hace 20 o 30 años atrás”
Con este tipo de inseguridad acechándonos, el lugar de trabajo ya no es una atmósfera “familiar.” No podemos esperar que esté llena de personas felices o trabajadores contentos.
3. Relee el contrato original
Otra forma de subrayar nuestras expectativas es revisando el contrato original que firmamos. Cuando hacemos la entrevista para un trabajo, muchos de nosotros nos enfocamos en las preguntas y en la línea de pagos y beneficios. A veces necesitamos releer la impresión y recordarnos a nosotros mismos lo que aceptamos en ese momento. Quizás un poco del ambiente tóxico de trabajo está incluido en los requisitos del trabajo.
Mi hijo aceptó un trabajo que requería 10 horas por día. Él sabía que hacerlo sería duro, pero le gustaba el lugar y la paga cubría sus necesidades.
No podemos defendernos a nosotros mismos con la gerencia si el trabajo pide ciertos requerimientos que no cumplimos. Desafortunadamente, compañeros de trabajo complicados hay en todos los lugares. Necesitamos aceptar ese hecho y asegurarnos de que somos parte de la solución y no del problema.
4. La humildad gana
El balance entre defendernos a nosotros mismos y mostrar humildad es una línea delgada. Pero a la larga, necesitamos preguntarnos “¿Cómo podré dormir hoy si le respondo a este compañero de trabajo con la misma mala actitud? ¿Qué requiere Dios de mi en esta situación?”
Uno de mis amigos trabajó en un ambiente tóxico hace varios años. Él fue tratado injustamente por la gerencia y le fue asignado un trabajo de baja categoría, aunque tenía más experiencia y entrenamiento que otros trabajadores. Aun así, él se presentó a su trabajo cada día porque sintió que Dios quería que fuera un ejemplo de humildad. Eventualmente, la gerencia fue sustituida y él fue ascendido a una posición más cómoda.
El ejemplo bíblico es José, quien fue maltratado, traicionado y malentendido. Aun así, él siguió sirviendo humildemente incluso cuando fue encarcelado. “Más el Señor estaba con José y le extendió su misericordia, y le concedió gracia ante los ojos del jefe de la cárcel” (Génesis 29:21) y eventualmente fue liberado y ascendido.
José también sabía cuándo establecer límites y luchar por sus derechos. “Recuérdame”, le dijo José al copero del faraón “y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. “ (Génesis 40:14).
5. Establece límites sanos
Incluso si entendemos la motivación de compañeros de trabajo complicados, aún necesitaremos cuidarnos a nosotros mismos. Si no establecemos límites alrededor de nuestro espacio personal, podemos ser derrotados o caer en la co-dependencia. Nadie hoy en los lugares de trabajo debería lidiar con los acosos continuos. Un ambiente tóxico afecta rápidamente la productividad y eficiencia. No podemos dar lo mejor de nosotros mismos si estamos siendo bombardeados por la rabia, el miedo de perder un trabajo o por expectativas injustas.
En su firma laboral, No más codependencia, Melody Beattie escribe, “Las personas que se sienten responsables del mundo entero se niegan a tomar responsabilidad para liderar y vivir sus propias vidas”
Ella señala como la co-dependencia se siente mejor cuando pueden controlar su mundo entero, pero pronto alcanzan el cansancio del esfuerzo que conlleva. Necesitamos amarnos a nosotros mismos para poder cuidar verdaderamente a otros y establecer nuestros límites personales es el lugar para comenzar.
Beattie dice, “tu responsabilidad más importante y probablemente más negada es la de cuidar de ti mismo”
Para recursos adicionales revisa, Límites -- Cuando decir sí, Cómo decir No. Escrito por Cloud y Townsend.
6. Muestra amabilidad
¿Hay algo especial que puedas hacer por un compañero de trabajo complicado? Tráele un café especial de Starbucks. Regálale una tarjeta de saludos linda que incluya algo de motivación. Ofrécete a irse a casa juntos para ahorrar gastos. Arregla su impresora cuando se trabe.
En las misiones --sí, incluso los misioneros a veces luchan por llevarse bien --enfrenté una situación terrible en la que fui culpada y avergonzada. Más temprano esta semana, había recibido de mi familia una caja con artículos, que incluían varios paquetes de galletas con chispas de chocolate --un lujo en el país donde servía.
Así que pasé varias horas una noche haciendo cestas con galletas de chocolate que le daría a cada uno de mis atormentadores. No resolvió el problema, pero fue mejor que estar atragantándome en amargura. Además, ¡hice una galleta con chispas de chocolate malvada!
7. Revisa tu motivación
¿Por qué sigues en este trabajo? ¿Es por el pago o los beneficios que genuinamente amas el trabajo? ¿Anhelas subir en la pirámide corporativa para alcanzar el pináculo donde puedas ser jefe? Si es así, vas a tener que pisar algunas feas alfombras en esa escalada.
¿O tu motivación es más apasionada? ¿Esperas impactar el mundo, comenzando con las personas con que trabajas cada semana? El apóstol Pablo nos recuerda, “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23). Si creemos que Dios nos ha dado este trabajo verdaderamente, nos ayuda a seguir motivados para trabajar a través de los problemas que enfrentemos.
A veces en la vida, tenemos que trabajar con personas complicadas simplemente porque vienen con el territorio. Me ha ayudado imaginar a Jesús parado en el cubículo de al lado o ángeles rodeándome. Esa visión me ha ayudado a resistir la fealdad, de la que no he podido hacer nada para poder aliviar.
8. Permanece conectado con recursos disponibles
Muchas compañías tienen recursos humanos y/o abogados que están disponibles para cualquier tipo de dificultad. Ellos no pueden ayudarte si no les dejas conocer el problema. A veces esto es un arma de doble filo, pero la mayor parte del tiempo, los sindicatos y recursos humanos se supone que deben ayudar a sus empleados. A menudo, solo necesitamos expresar el problema a un supervisor en vez de tratar de arreglarlo por nuestra cuenta o tragarnos nuestra decepción.
Por varios años, trabajé para una organización que proporcionaba capellanes al mercado. Cuando las situaciones tóxicas ocurrían, los capellanes estaban disponibles para orar con los empleados, para ser la mano amiga en el hombro y para ayudar a que alguien se quedara.
Usa los recursos que tengas disponibles. Deberían ser parte de tus beneficios y tienes cada derecho a demandar y usar esos recursos.
9. Ora por ellos
Puede sentirse como que estás traicionando tu autenticidad cuando oras verdaderamente por las bendiciones de Dios para otra persona, pero ayuda. Incluso si tus oraciones no te liberan de la situación, ellas pueden fortalecerte para que “Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?” (Miqueas 6:8)
Una oración susurrada luego de una situación poco placentera puede liberar el resentimiento que pudo haber estado convirtiéndose en amargura. Una petición honesta al Espíritu Santo para que consuele las relaciones complicadas con los compañeros de trabajo podría convertirse en su salvación. Raramente entendemos el alcance total y poder de la oración. Lo que puede lograr es un misterio. A veces solo repetir el nombre “Jesús” me ha ayudado a pasar la lucha del momento.
Mientras crié a mi hijo usé este principio. Su profesora de biología en secundaria era una verdadera obra de arte. Ella parecía odiar su trabajo y la pagaba con los chicos, principalmente con mi hijo. Aunque seguimos el protocolo y nos reunimos con el administrador, nada mejoró. Luego comenzamos a orar por ella cada noche. Ella nunca cambió, pero mi hijo fue capaz de reunir las fuerzas suficientes de las oraciones para atravesar ese duro semestre.
10. Renuncia y comienza de nuevo en otro lugar
Con algunos ambientes de trabajo tóxicos, la única solución es salirnos de la situación y comenzar de nuevo. No es una decisión sencilla. Pero a veces, renunciar a tu trabajo se convierte en el catalizador para comenzar de nuevo en la vida.
El año pasado, renuncié a una posición de ministro que me estaba matando. El estrés, la carga de trabajo y verdaderamente algo de mi co-dependencia abrumó algo del bien que estaba haciendo. Me tomó un año trabajar en esa decisión, de convertirme en una escritora a tiempo completo y entrenadora de escritura. Pero fue una de las mejores decisiones que he tomado.
A veces la vida o el mismo Dios nos mueve a otra zona donde nos podemos sentir más apasionados acerca de lo que hacemos. Es importante prestar atención a esos empujones internos, establecer nuestros límites personales y, aun así, hacer nuestro mejor trabajo en paz con los otros.
Como uno de mis amigos motivadores me dice, “Haz lo mejor y ríndete al resto”
RJ Thesman es una autora y una entrenadora de escritura certificada. Ella escribe desde el corazón de Kansas, donde vive con su hijo adulto y gato anciano. Puedes seguir a RJ en https://rjthesman.net