El matrimonio es un regalo asombroso de Dios. Aun así, a menudo los regalos más grandes no son apreciados de la manera en que deberían serlo. La vida se complicada. Nos apuramos y distraemos. Comenzamos a tomarnos el uno al otro por garantizado. Discutimos y dejamos que los resentimientos aumenten. Comparamos nuestros matrimonios con el de aquellos a nuestro alrededor, anhelando el final feliz, en cambio quedamos estancados en el dolor y el remordimiento. Comenzamos a separarnos. Y tristemente, muchas veces comenzamos a buscar la “salida” más cercana. Una cosa es cierta, hay una batalla en los matrimonios hoy y el enemigo no quiere más que destruirlos. Pero no tenemos que dejarlo ganar. Dios ciertamente tiene una mejor forma, Él es el Único que creó el matrimonio. Sus palabras proveen orientación, sabiduría, fortaleza y esperanza en todo lo que enfrentamos, tanto ahora como en el futuro. Acá hay 10 mentiras que el mundo puede decirte acerca de tu matrimonio:
1. “Si no eres compatible, puede que te hayas casado con la persona equivocada”
La verdad de Dios dice que un matrimonio es una relación pactada. Una vez que eliges casarte, ya no es de debatir si tu esposo es el “adecuado”. El matrimonio los hace ser adecuados, ya que es un compromiso ante Dios. Nunca está basado en los sentimientos cambiantes, sino en una elección diaria para amar al esposo con el que has decidido casarte. En un mundo que a menudo prefiere “cambiar por una versión más actualizada”, esta verdad no tiene sentido. Pero de acuerdo a la palabra de Dios está muy clara.
“Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.” – Marcos 10:9
2. “El césped es más verde del otro lado”
La verdad es que, el césped es más verde donde se cuida. Donde está siendo regado. La mentira de nuestra cultura susurrará que todos tienen algo mejor, o que de algún modo nos estamos perdiendo de algo. Nos llevará a comparar y a competir, pero esa no es la manera de Dios. Él desea que queramos y adoremos a nuestro esposo, así como Cristo adoro y cuido la iglesia. Si pasamos más tiempo enfocándonos en lo que tenemos, en vez de lo que pensamos que no tenemos, estaremos mucho más agradecidos por el tesoro de Sus dones.
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; porque somos miembros de su cuerpo. POR ESTO EL HOMBRE DEJARÁ A SU PADRE Y A SU MADRE, Y SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE. Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.” Efesios 5:25, 33
3. “Si no estás feliz, no te quedes en una situación infeliz. Mereces más.”
Para muchos de nosotros, el matrimonio puede tender a sacar nuestro egoísmo como nada más. Queremos las cosas a nuestra manera. Insistimos en nuestros derechos. ¡Queremos que nuestro esposo nos haga felices, ahora mismo! En medio de nuestras demandas, nunca seremos libres para amar y atender el uno al otro verdaderamente. Nuestro enfoque tenderá a ir a un lado –nuestro lado— y lo que queremos. Aun así, las metas de Dios para el matrimonio no fueron solo “hacernos felices”. La imagen más verdadera del matrimonio es que simboliza el amor de Cristo por nosotros. Y Su deseo para todos nosotros es que seamos más la imagen de Él.
“El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido.” 1 Corintios 13:4-5
4. “Tu esposo debería saber cómo satisfacer todas tus necesidades”
A menudo nos casamos con alguien totalmente diferente a nosotros. Es verdad, muchas veces, los opuestos se atraen. Sin embargo, eso no tiene que condenarnos a fallar. El matrimonio es un proceso de crecimiento para toda la vida. No siempre lo hacemos bien. Podríamos incluso fallar miserablemente. Pero, así como necesitamos gracia y perdón, necesitamos darlo. Nuestros esposos no pueden leer nuestras mentes; quizás no reciben y dan amor de la misma forma que nosotras lo hacemos. Pero tampoco podemos esperar que todas nuestras necesidades sean cumplidas por esta única persona. Nadie puede tomar el lugar que solo Dios tiene. Él es el único que puede satisfacer nuestras necesidades más profundas de amor.
“Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.” Salmos 73:26
5. “El divorcio siempre es una opción sencilla”
Si entramos en un matrimonio en el cual divorciarse es una “opción” ya estamos en problemas. Porque los tiempos se van a volver inevitablemente duros, y alguien comenzará a buscar una salida fácil. La verdad es que, tristemente, el divorcio ocurre. Pero incluso cuando ocurre, nunca es una “opción sencilla”. Golpea fuerte a todos los involucrados. La verdad de Dios nos recuerda que no tiene la voz de voto sobre nuestras vidas. Él es nuestro Sanador; Él da esperanza y propósito para el futuro. No importa las luchas que podamos estar enfrentando, podemos hacer una elección renovada hoy, que tanto como dependa de nosotros, no demos espacio a esa opción.
“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros" declara el SEÑOR" planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11
6. “Tus hijos deberían estar primero porque ellos te necesitan más”
Esta es una mentira sutil de nuestra cultura que busca de algún modo hacernos sentir mejor, que somos padres atentos, cuando cuidamos de cada necesidad de nuestros hijos. Pero, a decir verdad, lo que nuestros hijos necesitan más es saber que su mamá y su papá se aman el uno al otro. Nuestro esposo siempre debería tener prioridad en nuestra familia. A través de una relación amorosa y comprometida, estamos equipados a ser padres de nuestros hijos –juntos. Esto a menudo es duro de vivir. A través de varias etapas, las necesidades de los hijos pueden presionar siendo constantes y demandantes. Pero Dios nos da la sabiduría para ver lo que importa más en cada temporada ocupada, para establecer límites saludables y saber cuándo decir “sí” y cuándo decir “no.”
“Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” Salmos 90:12
7. “Quizás te desenamoraste”
En verdad nosotros no nos “desenamoramos” de alguien. Quizás solo dejamos de elegir amar. Podríamos encontrarnos a nosotros mismos alejándonos. La llamada del mundo a simplemente “seguir tu corazón” no es lo que la palabra de Dios enseña. No podemos confiar en nuestros corazones siempre, porque si no tomamos decisiones sabias de permanecer cercanos a Él y al hogar, podemos encontrarnos a nosotros mismos no solo alejándonos, sino quedando atrapados en sentimientos cambiantes. La oración y la palabra de Dios acerca del matrimonio son una herramienta poderosa para acercarnos. Incluso, si eres la única orando, Dios escucha y Él es fiel en ayudarnos.
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13
8. “Tu matrimonio ya pasó el reparo. Una vez que la confianza se ha roto, nunca podrá ser restaurada”
Muchos han pasado etapas complicadas en el matrimonio. Algunos aún se están recuperando. Otros ya han pasado al otro lado por la gracia de Dios. A menudo el matrimonio es salvo. A veces no lo es. Pero no cambia esta verdad – sin importar lo que enfrentemos, Dios redime y restaura. Él es el Dios de los milagros, es Su naturaleza, y si te encuentras en el medio de la lucha en el matrimonio, llora por su ayuda. Él puede traer a vida lo que murió. El poder de Dios puede dar esperanza, un inicio fresco, la oportunidad de hacer un nuevo comienzo.
“Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.” Mateo 19:26
9. “Coqueteo inocente o mirar pornografía no dañará en verdad tu matrimonio”
No hay nada como coqueteo “inocente”. Al fin y al cabo, es buscar atención y dar atención sugestiva a otra persona que no es tu esposo. Corre de allí. Pide a Dios que te ayude a mantener tus ojos alejados de la tentación. La pornografía es una trampa del enemigo y una puerta abierta para que él cree destrucción en tu hogar. No lo dejes ganar esta batalla. La palabra de Dios dice que Él siempre proporcionará una forma de escape para nosotros, Él nunca nos permitirá estar más tentados de lo que podamos soportar. Permanece cercana a Él, honralo, medita en lo que es puro y elige respetar y amar a tu esposo.
“Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.” Hebreos 13:4
10. “El matrimonio es una relación 50/50”
El matrimonio requiere de dos personas, comprometidas por completo, escogiendo cada día amarse y quererse. 50/50 nunca será suficiente para atravesar los tiempos duros. Solo es la mitad del esfuerzo y busca comparar lo que estamos haciendo con el otro, siempre necesitando chequear si están cumpliendo con las expectativas. Esta no es la intención de Dios. Su plan es una relación pactada, centrada en Cristo, amándose a través de Cristo; eso es lo que nos hará seguir durante los momentos buenos y malos. Tomará un esfuerzo de 100/100 el tener una relación fuerte que resista con el tiempo.
“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará.” 1 Corintios 13:7-8
Cada día tenemos el poder de elegir.
Que Dios nos ayude a elegir sabiamente… orando Su palabra, viviendo una vida de amor y lealtad, enfocándonos en lo verdadero.
Has de saber que Él está contigo, y Él lucha por tu matrimonio hoy.
(Nota – la intención de Dios nunca será que permanezcamos en una relación abusiva y potencialmente peligrosa. Si te encuentras allí ahora, por favor busca ayuda y seguridad. Que la protección de Dios te cubra y que su espíritu te dé paz.)
Contenido tomado de 10 mentiras que el mundo te dice acerca del matrimonio escrito por Debbie McDaniel.
Debbie McDaniel es una escritora, esposa de un pastor, madre de tres niños maravillosos (y un montón de mascotas). Acompáñala cada mañana en la página de Facebook Fresh Day Ahead, para motivación diaria acerca de tener una vida fuerte, libre y llena de esperanza. Encuéntrala también en Twitter y en su blog: www.debiemcdaniel.com