Tenemos que aceptarlo, las iglesias pueden ser un lugar extraño para los visitantes que vienen por primera vez, para los que ya han asistido a la iglesia por un tiempo así también como para los creyentes y los no creyentes. Sabemos que no hay una iglesia perfecta, algunas han adoptado tendencias que son difíciles de ignorar otras que son fáciles de criticar. Hay tendencias que parecen ser un tanto robóticas, o prefabricadas, algunas un tanto falsas y otras hasta absurdas, no importa como sean o cuales sean estas tendencias el punto es que ahuyentan a los visitantes. Ya que todos venimos de diferentes trasfondos y denominaciones encontrar un denominador común puede ser complejo, por lo que debemos de tomar en cuenta las tendencias que tienden hacer que las personas se alejen de la iglesia. Escrito por Molly Parker Traducido al español por Ernesto Santiago
1. Membresía para la iglesia
Atendí a muchas iglesias diferentes durante mi infancia y juventud, pero no solo asistía a estas iglesias sino que era parte de ellas, servía en ellas, y aprendía de ellas. Pero nunca estuve familiarizada con el concepto de “membresía de la iglesia” hasta que me moví a otro estado a la edad de 34 años.
Por primera vez en mi vida, tuve que asistir clases de membresía, no solo eso sino que también había mucha gente que quería “transferir” sus membresía de una iglesia a otra diciendo cosas como “obtener un certificado de transferencia” o miembro “activo vs. inactivo” esto parecía más como si la gente estuviera aplicando para un club exclusivo. Y aunque las membresías pueden ayudar a mantener un control mejor administrado para la iglesia y los congregantes, no hay ningún mandato bíblico que avale este tipo de practica. Las iglesias que adopten esta practica deberían de hacerlo para ayudar a la persona y no a excluir a aquellos que no tengan el interés o compromiso de ser miembro de tal o cual iglesia.
2. Tener campus satélites
Tener “sucursales” o satélites es sin duda alguna una tendencia de algunas iglesias, un solo pastor y un solo mensaje que se transmite en vivo por video a los diferentes campus satélites. No podemos argumentar que esto sea ineficaz puesto que en realidad pueden alcanzar a mucha gente de esta manera, sin embargo, muchas personas preferimos poder ver y tener un pastor de carne y hueso, un pastor que se conecte con las necesidades específicas de su congregación y que sobre todo conozca a sus ovejas en persona.
3. Grupos de alabanza que se creen “rockstars”
Una vez mi hermana y yo estuvimos comiendo lunch a lado de la mesa donde se encontraban unos “rockstars”. Personas con tatuajes, cabello largo, algunos inclusive con sombra en los ojos, ropa apretada, cadenas en los pantalones y sombreros. Una vez que le dimos una segunda mirada con más atención, nos dimos cuentas que estos muchachos eran de hecho miembros del grupo de alabanza de nuestra iglesia… no pudimos mas que reir.
Hablando francamente, hay algo en la cultura de los líderes de alabanza ultrapop que llega casi a lo fantasiosos, fanático, y absurdo que deja a los congregantes y especialmente a los nuevos visitantes bastante confundidos. A veces parece que fuimos a un concierto de rock o de arte en lugar de una iglesia. La iglesia tiene que encontrar un balance entre ser “llamativa o atractiva” para los visitantes nuevos, sin perder la cabeza y teniendo siempre en cuenta a las familias, y a los miembros mayores de la congregación.
4. Escenarios de super lujo en la alabanza
Luces, maquinas de humo, lasers, uniformes sincronizados, miradas de frustración entre los músicos, música a todo volumen, cantar canciones seculare, saltar por todo el escenario durante la música.
El tiempo de alabanza y adoración, no son un concierto sino un tiempo de intimidad y conexión con Dios. Si no tenemos esto en mente, no importa lo genuino que sea la intención del grupo de alabanza habrá mucha gente que solo llegará o que solo estará parada como espectadores en lugar de adoradores.
5. Lenguaje de “iglesia moderna”
Conforme la cultura va cambiando y adaptándose, también lo hace su léxico o lenguaje y esto sucede mucho en las iglesias. Esto puede llegar a ser problemático si el léxico o lenguaje utilizado se desvía del mensaje del Evangelio. A veces este fenómeno sucede porque las iglesias quieren establecer su “marca” o quieren ser relevantes. Como por ejemplo muchas iglesias usan la palabra “comunidad” en lugar de “iglesia” o “seguidor de Cristo” en lugar de “Cristiano” o “historia” en lugar de “testimonio” etc.
La gente nueva a la iglesia probablemente no se dará cuenta de este cambio en el léxico, pero cuando las personas con más antigüedad dentro de la congregación empiezan a escuchar que le pastor dice cosas como: “tengamos una conversación sobre tu trayectoria espiritual” en lugar de “hablemos sobre tu relación con Dios” puede haber confusión innecesaria. Lo más importante aquí es ser claros y transparentes.
6. Tratar a la iglesia como una marca
Las palabras “iglesia” y “marca” no van muy de la mano; usar las dos como sinónimos confunde e inquieta a la gente. Todo el tiempo durante la semana, muchos de nosotros somos bombardeados con anuncios, mercadotecnia, publicidad de marcas que no necesitan repetir tales experiencias externas a la iglesia dentro de la iglesia.
Pero debido a que vivimos en una era de medios, la publicidad de las marcas está aquí para quedarse. La marca de una iglesia va más allá de un simple logo. Es la constante expresión de una iglesia en particular que incluye esquemas, gráficos, acrónimos etc. La única marca que las iglesias deberían de tratar de transmitir y publicar a las personas es la del amor de Jesús. No perdamos de vista que el mensaje de las buenas nuevas es en sí la mejor marca y el mejor producto.
7. Tratar de ser popular o “cool”
De la misma manera que mis hijos me acusan de intentar muy duro de ser divertida creo que muchas iglesias intentan muy duro ser “cool” o populares. Ya no contentas con ofrecer café y donas, muchas iglesias parecen servir un desayuno continental en un espacio que parece que estás en un restaurante muy contemporáneo. Muchas iglesias inclusive se van a extremos tratando de poner nombres que llamen la atención a estos lugares dentro de sus instalaciones como el “café de alma” o “el santo café” para que la gente vaya ahí.
Muchas otras iglesias incorporan tecnología de mas en sus servicios, mucho mas de lo necesario. Muchas veces se le pide a los congregantes que se tomen una foto y la pongan en sus cuentas de redes sociales, o que descarguen las aplicaciones móviles con los mensajes de la iglesia. También desde luego están los músicos que se creen artistas o estrellas de rock, el lenguaje atípico o cool para los jóvenes etc. Todo esto son cosas que pueden dejar un mal sabor de boca mientras intentan precisamente hacer una buena impresión.
8. Ujieres muy entusiastas
Una vez participé como voluntaria del grupo de ujieres, junto con doce personas mas (era una iglesia bastante grande). Nos pusieron a unos 30 pies de distancia entre nosotros para que estratégicamente cada uno de nosotros pudiéramos saludar mínimo a tres personas antes de que llegaran al santuario.
¿En verdad necesitan tener tanta atención repetitiva los visitantes?
También me ha tocado estar del otro lado de las cosas, recibiendo muchos panfletos e interminables saludos de bienvenida, y con toda certeza puedo decir que no es necesario tener una inundación de saludos por personas desconocidas antes de que te sientes en tu silla de la iglesia. A vece también te puedes llegar a encontrar que ciertos estacionamientos son solo para visitantes, y si no te das cuenta puede que uno de estos amigables ujieres te pida que muevas tu carro… y a veces se da la impresión de que no eres bienvenido.
9. Pastores que promueven sus propios libros
Hoy en día parece ser raro encontrar un pastor que no sea también autor. Y más raro ver que estos pastores no promuevan sus libros cuando están en el púlpito. Sin importar las buenas intenciones de sus acciones qué tan bueno y relevante sea el libro que ahora promueve, este tipo de pastores se pueden parecer a promotores y publicistas para su propio beneficio. Los pastores deberían de estar atentos a no cometer este tipo de errores ya que pueden crear otros tipos de problemas de interés dentro de la iglesia. Claro está, que es válido que los pastores hagan referencia a los libros de su autoría cuando predican el mensaje siempre y cuando se mantenga la Biblia como principal herramienta para la predicación.
Aun si el pastor es bien recibido y cuenta con la confianza de su congregación, las personas que lleguen por primera vez puede que no sepan o que no conozcan que el pastor ha escrito un libro lo que se puede originar confusiones.
10. Programas, enseñanzas, y tradiciones que no siguen el mensaje del Evangelio
El subtítulo de este punto habla por sí mismo. Una oración escrita por JD Greear resume perfectamente la única tendencia que las iglesias deben de mantener siempre constante y en enfoque, el mensaje del Evangelio:
“Estando en Cristo no hay nada que pueda hacer para que me ame mas, y no hay nada que pueda haber hecho que cause que me ame menos. Tu presencia y tu aprobación es todo lo que necesito para tener alegría sin fin. Así como tu has sido conmigo, así seré con otros. En mis oraciones puedo sentir tu compasión y al ver tu cruz puedo ver tu poder y resurrección.”
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Molly Parker es una escritora, contribuidora y editora regular para Anchored Press, planes devocionales y los estudios bíblicos “Sacred Holidays”. Cuando Molly no está haciendo trenzas francesas o jugando con su perrito basset hound, la puedes encontrar comiendo un pastelito, o horneando un pastel, o pensando en crear nuevos pasteles lo que es de gran sorpresa puesto que ella ha trabajado como entrenadora física por 25 años. Molly vive en el sur de california junto con su esposo y tres hijos.