Nota del editor: El siguiente, es un reporte acerca de las aplicaciones prácticas del nuevo libro de Mark DeVries, Un ministerio juvenil sustentable: por qué los ministerios juveniles no son duraderos y qué puede hacer tu iglesia por eso? (Libros IVP, 2008). ¿Has tenido la pasión de ayudar gente joven a crecer espiritualmente, montones de ideas creativas para ministrar, programas y eventos divertidos, y tecnología innovadora? Aun así, el ministerio juvenil de tu iglesia falla en atraer estudiantes, y tus últimos pastores juveniles han renunciado en cadena. ¿Te suena familiar? Si es así no te desesperes. Es posible construir un ministerio juvenil duradero que tenga un impacto poderoso en las vidas de muchos estudiantes - si te concentras en las bases fundamentales primero. Acá verás cómo puedes construir un ministerio juvenil que sea lo suficientemente fuerte como para durar: No presiones el botón de lo “fácil”. No hay respuestas sencillas o arreglos rápidos que lleven a tener un ministerio juvenil fuerte. Ten la voluntad de poner un montón de esfuerzo en un periodo sustancial de tiempo para invertir en el ministerio juvenil de tu iglesia a largo plazo.
Piensa claramente acerca de las necesidades de tu ministerio.
Aunque el contenido de tu ministerio juvenil sea importante, no puede ser entregado apropiadamente si el sistema de tu ministerio está fallando. Enfócate en el sistema primero: si los miembros confían los unos a los otros, si los miembros y voluntarios están trabajando con expectativas claras, si las personas hacen las cosas de forma productiva, etc. Ten en mente que los cambios sistemáticos deben ser construidos deliberadamente con el curso de los años para que, incluso, el mejor de los contenidos alcance a los estudiantes de una buena manera.
Desarrolla documentos clave.
Crea un directorio de estudiantes, un directorio de empleados y voluntarios, y un directorio final para las personas que han visitado el ministerio juvenil durante los últimos dos o tres años. Asegúrate de actualizar estos directorios de forma anual. Incluye los eventos anuales del ministerio en un calendario. Escribe descripciones de cargos que señalen claramente el alcance de las responsabilidades de cada posición de empleados y voluntarios. Luego otorga a las personas revisiones anuales y ten la voluntad de revisar sus descripciones de cargos si es necesario. Construye una lista maestra de reclutamiento al decidir cuántos voluntarios necesita el ministerio juvenil para el próximo año y los prospectos más propensos a ser llamados. Crea una plantilla curricular, un plan acerca de cómo estarán estructuradas las enseñanzas del ministerio por los próximos seis o siete años. Escribe una visión del ministerio. Enlista metas que se puedan medir y que se estimen lograr por lo menos en tres años. Escribe una declaración de valores. Desarrolla una carta organizacional para el ministerio.
Cambia la visión.
El mejor momento para considerar una nueva iniciativa o trayectoria en el ministerio juvenil es en el momento justo en el que el enfoque ha disminuido. Cada cinco años, reúne a las partes interesadas para buscar una visión fresca para el ministerio. Sueña intensamente y pídele a Dios que respire una nueva vida en el ministerio.
Cambia la cultura.
Si la cultura de tu ministerio juvenil no es saludable, cámbiala antes de que cambie a las personas que trabajan en él. Primero trabaja para darle a las partes interesadas evidencia de que algo bueno está ocurriendo en el ministerio. Haz un pequeño cambio tras otro y confía en que, lento pero seguro, habrá grandes cambios. Pídele a Dios que te ayude a evadir la ansiedad y a estar contento a pesar de los problemas a tu alrededor. Tus actitudes ayudarán a otras personas a seguir siendo positivos. Usa las historias y metáforas para afirmar el progreso que ves y para motivar a otros a notar como Dios obra en el ministerio. Usa rituales, tradiciones, signos y símbolos para cultivar un sentido positivo de identidad comunitaria dentro del ministerio.
Contrata de forma sabia.
Contrata un pastor joven al que naturalmente le guste hacer las tareas requeridas por el cargo. Comunica claramente la dirección en la cual el ministerio está yendo para que tu próximo pastor ayude a llevarlo hasta allí en vez de hacerlo a una dirección diferente. Enfatiza dos metas básicas: aumentar el grupo juvenil para alcanzar más estudiantes y crear un ministerio que los estudiantes disfruten. Págale a tu nuevo pastor tan bien como puedas porque será más probable que él o ella se queden si son bien remunerados. Déjale saber tu definición de “éxito” para que el pastor juvenil pueda entender bien tus expectativas.
Fomenta la salud emocional.
Trabaja para permanecer emocionalmente saludable y ayuda a otros que trabajen contigo en el ministerio juvenil a hacer lo mismo. No tomes tus decisiones en base a tus sentimientos, los cuales dependen de circunstancias cambiantes y son poco confiables. Basa tus decisiones en los principios bíblicos que permanecen igual sin importar tus circunstancias actuales. En vez de correr del dolor, encuentra a Dios en medio del dolor y mira qué puedes aprender. Hazte responsable por tus propios problemas en vez de culpar a otras personas. Hazte estas preguntas: ¿Tengo una vida fuera del ministerio?, ¿Tengo un horario emocionalmente saludable?, ¿Cuánto sé de lo que desconozco?, ¿Tengo poder sobre mi lengua o ella tiene poder sobre mí?, ¿A quién tomó más en serio, a Dios o a mí?, ¿Por qué estoy luchando?, ¿Qué hago luego de fallar?, ¿Puedo decir “NO” a las personas? y ¿Me estoy quemando?
Maneja bien tu tiempo.
Cada día, decide cuáles son tus prioridades más importantes y enfócate en ellas. Ten en mente que los mejores resultados vendrán de actividades como pasar tiempo con los estudiantes, desarrollar un equipo de voluntariado y hacer planificación estratégica. Asegúrate de tener el tiempo suficiente para reflexionar acerca de lo que estás haciendo regularmente y sigue pensando y orando acerca de cómo lograr tus metas de la mejor manera. Ten tiempo suficiente para descansar también. Cuando las personas se acerquen con una tarea que te gustaría tomar o un problema que les gustaría que resolvieras, escríbelo para que puedas recordarlo y entender la mejor manera de manejarlo. Ten tres tipos de reuniones diferentes: reuniones diarias de pocos minutos al inicio del día para aclarar prioridades, reuniones tácticas semanales y reuniones estratégicas cada mes o cada quincena.
Construye una constelación de personas.
En vez de apoyarte solo en una estrella (tu pastor juvenil) para que la luz de Cristo brille en la vida de tus estudiantes, desarrolla una constelación de muchas estrellas (miembros y voluntarios) deseosos de invertir su tiempo y energía a la vida de los estudiantes. Asegúrate que los adultos estén conectados los unos a los otros, así como también a los estudiantes, con todos trabajando juntos para brillar tanto como sea posible. Comienza a reclutar adultos al menos seis meses antes de un nuevo año del grupo del ministerio juvenil. Escribe las necesidades del ministerio para ayudarte a entender cuántos voluntarios necesitarás para el próximo año. Desarrolla un listado de reclutamientos potenciales - incluyendo un nombre de un voluntario potencial al lado de cada posición abierta - y diligentemente haz llamadas telefónicas hasta que encuentres las personas que necesitas. Una vez que tengas los voluntarios, comunícate con ellos regularmente. Dales descripciones de cargos, convenios acerca del comportamiento y una estructura de confiabilidad. Afirma y motívalos regularmente mostrando tu aprecio de formas creativas (dándoles tarjetas de regalos, invitándolos a la casa del pastor a cenar, etc.). Ayuda a los voluntarios a hacer amistades con los otros, y motívalos a permanecer comprometidos con el voluntariado del ministerio juvenil por lo menos por siete años hasta poder ver que el crecimiento se da en la vida de los estudiantes. Delega la responsabilidad a voluntarios clave para crear una cultura de aprendizaje. Dales a los nuevos voluntarios una orientación apropiada, regularmente conversa con todos tus voluntarios y celebra el buen trabajo que están haciendo.
Cambia el enfoque de programas a amistades.
Si tu ministerio juvenil no les da a los estudiantes la oportunidad de estar con el tipo de amigos que quieren, los estudiantes no se quedaran lo suficiente para participar en los programas del ministerio - sin importar qué tan divertidos o creativos sean. Los estudios han demostrado que lo que más les importa a los estudiantes es encontrarse con un ambiente acogedor en donde puedan ser ellos mismos y donde puedan hacer amistades de calidad. Haz todo lo que puedas para hacerlos sentir queridos, aceptados y conectados con tu grupo juvenil.
Aprende las reglas silenciosas de las políticas de la iglesia.
Promociona tu ministerio juvenil internamente al decir constantemente lo que has logrado para que los líderes de la iglesia y los padres entiendan la importancia del ministerio. Mantén a tu supervisor totalmente informado acerca de lo que ocurre en el ministerio. Antes de hacer cambios significativos, escucha las preocupaciones de la gente y ajusta tus planes de ser necesario. Cuando seas criticado, no reacciones a la defensiva. Por el contrario, aprende de las críticas y trabaja con tus críticos para encontrar soluciones creativas.
No divagues.
Evita perseguir actividades que te distraigan de enfocarte apropiadamente en la visión principal del ministerio. No te preocupes acerca de tratar de diseñar tu grupo juvenil de la misma forma de un grupo juvenil exitoso de otra iglesia, trayendo más tecnología, agregando más eventos a tu calendario, etc. si no ayudará directamente a que tu ministerio cumpla su visión única.
Escala paredes de ladrillo.
Trabaja para superar retos cuando los encuentres. Enfócate en un problema a la vez. Que tus miembros de equipos compartan responsabilidades. Ten reuniones regulares. Aparta tiempo para pensar de forma estratégica. Asigna expectativas a problemas que puedan resolverse gradualmente en el curso de los años en vez de perseguir soluciones rápidas. Evade la ansiedad y permanece enfocado en trabajar en los planes estratégicos.