1. Predica el evangelio cada domingo: Los pastores pueden venir con cualquier tipo de programas y tácticas para entretener a sus congregaciones, pero ninguna de esas transformará un alma. No malentiendan, el Señor puede usar todas esas cosas, pero la forma infalible de mantener a un visitante regresando a la iglesia es el evangelio. Son las buenas noticias las que salvan y es el evangelio el que necesitamos escuchar una y otra vez. “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17)
2. Predica la palabra fielmente: Otra cosa que me mantuvo (y me mantiene) viniendo fue observar la Biblia abierta, siendo estudiada y expuesta. Esta razón es similar a la número uno. Necesitamos escuchar la palabra predicada y es la palabra de Dios las que nos mantiene regresando.
3. Piensa evangelisticamente: Los domingos parecen ser uno de los días con más distracciones de la semana para mi familia. Tratar de salir con dos niños puede ser un trabajo. Toma un gran esfuerzo mirar y ver a otros que sí asisten. Tenemos que recordar que la Gran Comisión en Mateo 28 está vigente para nosotros hoy también. No podemos hacerlo si no estamos pensando en otros en las mañanas de los domingos. Ora de forma activa para que el Señor te ayude a pensar cómo podrías ser un visitante por primera vez.
4. Sé hospitalario: La hospitalidad requiere intención y reflexión, y esta debe comenzar con un enfoque hacia otros. Puede ser tan simple como decir Hola a alguien que recibes en tu casa. Si vas a almorzar luego de la iglesia, invita a tus vecinos a unirse. Como nos exhorta Hebreos 13:2, “No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
5. Seguimiento: La mayoría de las iglesias tienen una tarjeta en la que los visitantes están invitados a compartir información de contacto. No te olvides de contactar a tus invitados. Mi esposo se convirtió en cristiano luego de asistir a un evento en el que escuchó el evangelio. Pero no fue el evento lo que el Señor uso para acercarlo a Cristo, fue una llamada de seguimiento de uno de los miembros que compartía una vez más las Buenas Noticias con él. No sabremos de qué forma nuestra hospitalidad o incluso, nuestro evangelismo afectará a otros, pero podemos garantizar que hacer nada producirá nada.
6. Recibe a los dolientes: Nuestras iglesias deberían ser un lugar donde aquellos que sufren y se sienten marginados y en pecado profundo deberían ser bienvenidos. Ellos deberían ser bienvenidos para que por la gracia de Dios puedan ser atendidos y restaurados. Esto significaría que sería un lugar que no mostraría parcialidad (Santiago 2). Significaría que sería un lugar que no lanzaría rocas, sino que buscaría extender la gracia y verdad (Juan 8:7). Significaría que sería un lugar en el que los pecadores vendrían a encontrar descanso y amor.
Finalmente, nuestro trabajo es confiar en el Señor y orar por aquellos que visitan. No se trata acerca de la cantidad; se trata de almas que conocen a Jesús. Así que, cuando estemos pensando en la retención no debemos enfocarnos en las cantidades y cuantos faltan para completar, sino en Jesús y la proclamación del evangelio. Queremos amar a nuestros vecinos. Y deberíamos orar para que como a la iglesia del primer siglo en Hechos, el Señor agregue día a día más a nuestras cantidades a aquellos que están siendo salvos.
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Trillia Newbell es una esposa y escritora que ama a Jesús. Ella es la autora de Unidos. Capturados por la Visión de Dios de la Diversidad (Moody, 2014). Puedes seguirla en Twitter. Visítenla en su sitio web en www.trillianewbell.com